Sin duda, las tecnologías sociales, la movilidad, la analítica y cloud ayudan a modernizar, estabilizar y acelerar las transformaciones digitales. En los próximos 18-24 meses se unirán otras tendencias como la realidad aumentada y virtual, soluciones de análisis más avanzadas, Internet de las Cosas y el software blockchain.
Éstas son tecnologías que están emergiendo y que impulsan nuevos productos y servicios que cambian la forma en la que las organizaciones operan e interactúan con sus clientes, según Bill Briggs, director de Tecnología de Deloitte Consulting.
Internet de las Cosas
Briggs señala que el valor real de IoT es que permite a las empresas reimaginar sus procesos de negocio al automatizar lo que antes se realizaba de forma manual.
Ya existen ejemplos de esta realidad. Por ejemplo, Weather Company, compañía de IBM, está incorporando datos sobre el tiempo y algoritmos en aplicaciones comerciales. IBM también está construyendo un sistema analítico para ayudar a Whirlpool a predecir cuándo una máquina está a punto de fallar. Otro caso es Intel, que ha sincronizado sensores con salas de conferencia para que los empleados puedan ver en su ordenador o móvil cuándo éstas están disponibles.
No obstante, según Deloitte, para no verse abrumadas por la cantidad de datos digitales procedentes de dispositivos conectados, las empresas deberían pensar a lo grande, pero empezar poco a poco, para luego escalar rápidamente.
Además, IoT amplía notablemente la superficie amenazada de cualquier organización por su naturaleza distribuida por lo que se debe tener en cuenta la seguridad.
Realidad virtual y realidad aumentada
Tanto la realidad aumentada como la virtual han superado su punto de inflexión porque todos los proveedores de TI están entrando en este mercado. Además, la consumerización de tecnologías como Oculus Rift, de Facebook, y HoloLens, de Microsoft, van a acelerar su penetración en las empresas, según Briggs.
Ya hay compañías también trabajando en posibles aplicaciones, aunque es cierto que para que ambas tecnologías (AR/VR) se apliquen en los entornos corporativos masivamente, es preciso antes replantearse su diseño, por no hablar del importante cambio que implica su utilización en el puesto de trabajo con la consiguiente formación al empleado.
Los datos son el nuevo oro negro
Extraer el valor de los datos puede cambiar las reglas del juego y es un elemento clave de las transformaciones digitales. Según el estudio CIO 2015 de Deloitte, en el que participaron 1,200 ejecutivos de TI, la analítica es un área de inversión prioritaria y una de las que mayor impacto puede tener en el negocio.
En este ámbito, por ejemplo, la cadena de hoteles Starwook ha creado un software de aprendizaje que altera dinámicamente los precios en función del tiempo, los eventos o celebraciones locales y otros factores.
No obstante, hay pocas compañías que están actualmente invirtiendo en una arquitectura de datos distribuida, procesamiento in-memory, aprendizaje de las máquinas o procesamiento del lenguaje natural, que se requieren para emplear los datos y la analítica a gran escala. Muchos equipos están bien preparados en analítica descriptica, pero no han adoptado soluciones avanzadas de análisis predictivo para poder tener una visión más amplia.
El software blockchain
Blockchain es la tecnología digital que soporta las criptomonedas al permitir que los datos sean grabados y compartidos por las comunidades. Bancos, como BNY Mellon o el Royal Bank of Scotland. están probando el software para realizar transacciones. El directivo de Deloitte cree que esta tecnología podrá ser aprovechada por sectores como el sanitario o el de seguros, por ejemplo, para crear una cadena de custodia segura de los registros médicos electrónicos.
Y, por último, la seguridad, que es necesaria para el éxito de todas estas tecnologías emergentes. La seguridad cibernética debe tenerse en cuenta en cada implantación tecnológica. Los dispositivos conectados deben ser monitorizados, gestionados y protegidos para controlar los accesos no autorizados. “Las organizaciones deben equilibrar sus prioridades, experimentar en nuevas áreas y transformar sus activos, pero garantizando que las nuevas soluciones son seguras y resistentes”, concluye Briggs.