La realidad virtual es una tendencia, pero 2016 no será el año de la explosión de este fenómeno. Así lo consideró Forrester, que sostuvo que para que esto ocurra, primero tendrá que sortear muchos obstáculos. La firma aseguró que faltan unos cuantos años antes de que se convierta en un factor diferenciador en las estrategias corporativas.
2016 está lejos de ser el gran año de la realidad virtual por varias razones. La primera de ellas podría ser la educación del consumidor, que no tiene una visión muy clara de lo que le puede aportar y, además, para asegurar una buena experiencia inmersiva, las principales plataformas de VR (Oculus Rift y HTC Vive), necesitan de unos elevados requisitos de hardware. Están ligadas a un PC de gama alta, con tarjeta gráfica (NVIDIA GTX 970/290 AMD, equivalente o superior), y la gran mayoría de las computadoras no se ajusta a ello.
En la empresa, hay que valorar su encaje en el modelo de negocio. Por ello, J. P. Gownder, vicepresidente y analista principal de Forrester, señaló que deben tomarse con prudencia las inversiones inmediatas.
No obstante, desde Forrester se insistió que, sin duda, la RV será protagonista en el medio plazo y modificará la forma de trabajar de muchos empleados, así como en su forma de interactuar con proveedores y clientes. Pero, no será inmediato y habrá una curva de aprendizaje.
Por ello, se desconfía del retorno que produciría una inversión actual en esta tecnología, y en cambio se recomienda empezar a probar y experimentar la tecnología, mucho antes que hacer fuertes inversiones en este momento.
-IDG.es