¿Cómo empezar a utilizar la nube? Ésta es la cuestión fundamental para un buen número de organizaciones que quieren empezar a probar alguna configuración cloud, pero no saben por dónde empezar. Hay diez pasos que deben tenerse en cuenta:
Lo primero es tener una reunión con los actores implicados en cualquier despliegue de Infraestructura como Servicio (IaaS), que garantice que todos están alineados. Los perfiles más comunes suelen ser los responsables del área de Seguridad, personal de Finanzas y algún experto en infraestructura, ya sean técnicos internos o consultores externos. Todos deben saber por qué se está explorando cloud y para qué.
La segunda consideración tiene que ver con la economía y con el costo que deberán afrontar. No es sencillo calcular si la nube será más o menos costosa que las instalaciones de infraestructura actuales. Hay demasiadas variables. Es importante saber que los diferentes diseños arquitectónicos determinan el costo y los niveles de disponibilidad y servicio, también.
Hay que buscar consenso con la organización, sobre todo si se detecta alguna facción de la empresa que está en contra de la nube. Hay que avanzar el proyecto, ponerlo en limpio y evitar cuestiones pendientes.
También se recomienda establecer una oficina de proyectos cloud. Se trata básicamente de un grupo que hace seguimiento del despliegue. Normalmente, el equipo estará formado por ingenieros cloud, propietarios de aplicaciones TI y representantes de terceros. Su objetivo será tomar decisiones. Este grupo será responsable de la ejecución.
Una vez establecido este equipo, es necesario comenzar una planificación más detallada. Definir el ambiente corporativo y dibujar las dependencias y relaciones entre aplicaciones y procesos es un buen primer paso. Hacer un inventario de lo que tenemos y fijar qué se pasa primero a la nube es su principal cometido.
Tras ello, llegamos a la seguridad. Y, antes de migrar nada a la nube, hay que determinar cuál será su nivel de seguridad. ¿Qué normas de uso cloud desea establecer? La Cloud Security Alliance tiene un montón de información al respecto y, en particular, su Cloud Security Alliance Controls Matrix puede ser de gran ayuda.
Empezar poco a poco es otro buen consejo. Se trataría de llevar un puñado de aplicaciones a la nube, iniciar su proceso de migración y lograr algunos triunfos rápidos que se conviertan en la base para procesos repetibles en nuevas migraciones.
La automatización es crítica. No queremos repetir procesos con cada nueva aplicación desplegada en la nube. Si es posible, debemos crear un patrón de arquitectura estándar para las aplicaciones. A continuación, utilizar herramientas que automaticen su aprovisionamiento y controlen su implementación. Las etiquetas son un paso crítico para esto.
Y tras esta automatización es preciso validar los despliegues para garantizar que cumplen las normas establecidas.
Por último, sólo queda planear una migración a gran escala que determine qué aplicaciones se pueden mover y cuáles no, y detallar cómo hacerlo mirando al futuro.