Uber retiró sus vehículos de conducción autónoma en las calles de San Francisco y acordó trabajar con los reguladores estatales para obtener los permisos oportunos de sus 16 coches de prueba. La compañía ha terminado cediendo, ya que la semana pasada aseguraba no necesitar estos permisos.
La actitud de Uber provocó que el DMV le advirtiera que tomaría medidas legales y retiraría sus coches de las carreteras si no obedecía.
La compañía había argumentado que sus coches no requerían los permisos de vehículos de conducción autónoma porque no cumplían con lo que la ley definía como “autónomo”. Uber explicó que sus coches precisaban disponer de un conductor en el asiento delantero en todo momento y que, por tanto, no son autónomos, sino que son similares a los vehículos de Tesla y cuentan con un software avanzado de piloto automático.
El Estado no aceptó el argumento de la compañía y ayer por la mañana, finalmente, el director de Asuntos Públicos de Uber comunicó a Bryan Kelly, secretario de la Agencia de Transporte del Estado de California, que la compañía había retirado los coches de las vías públicas.
Uber también ha afirmado que no reanudará las pruebas de sus vehículos autónomos en California hasta que obtenga los permisos del Estado.
Ingresar en el programa de permisos solo le supondrá a la compañía rellenar algunos documentos y pagar una cuota de 150 dólares, pero también conlleva algo importante: todos los accidentes en los que estén involucrados sus coches, serán comunicados al Estado.
California publica los informes online, por lo que las pruebas de Uber ahora estarán sujetas a un mayor escrutinio público y de la prensa.
“Estamos viendo dónde podemos redistribuir los vehículos, pero seguimos comprometidos al 100% con California e intensificaremos nuestros esfuerzos para desarrollar normas factibles a nivel estatal”, aseguró Uber a través de un comunicado.
-IDG.es