Para 2020, un usuario promedio de Internet usará 1.5 GB de tráfico al día, y el tráfico de video diario alcanzará 1 petabyte, según predicciones de Intel. Una gran cantidad de datos estarán generados por vehículos autónomos, dispositivos móviles y dispositivos de Internet.
Cada día, se recopila y envía mayor cantidad de información a servidores más rápidos situados en grandes centros de proceso de datos, donde se analizan y dan sentido. Ese análisis de información ha permitido mejorar el reconocimiento de la imagen y el habla y está haciendo que los automóviles autónomos sean una realidad.
Las redes emergentes de datos súper rápidos como el 5G enviarán aún más información, lo que podría afectar a los centros de datos. Los servidores ya están siendo rediseñados para manejar más datos, y las tecnologías de rendimiento como Gen-Z y fibra óptica reducirán la latencia.
Un término en boga
En el Mobile World Congress, “edge computing” fue uno de los grandes temas entre los proveedores de infraestructura. Este concepto puede conducir a respuestas más rápidas para los servicios móviles, sin poner énfasis en los servidores de la red central.
“Edge computing” también puede proporcionar análisis instantáneos para garantizar que la información basura se desecha y sólo la información útil llega a los servidores de la red central. Además, el nuevo concepto está emergiendo para la virtualización, al recortar cargas de datos en paquetes más pequeños reencaminados a los servidores adecuados para su gestión.
Por si fuera poco, el “Edge computing” será importante también para los automóviles autónomos. La visión definitiva es que este tipo de vehículos podrán conectarse a servidores súper rápidos en la nube para reconocer imágenes, elaborar mapas y tomar mejores decisiones de conducción. Sin embargo, tales conexiones no son siempre posibles.
Agam Shah, CIO EUA