Aunque el teletrabajo ya es una realidad que se aplica en distintas industrias del país, hay un tema que no debe dejarse de lado: la legislación; si bien es un esquema laboral que ya está normado en el sistema jurídico mexicano, aún quedan aspectos por definir para dar certeza a colaboradores y directivos.
De acuerdo con el estudio Teletrabajo en América Latina, realizado por la organización de proveedores y fabricantes de la industria de telecomunicaciones, 5G, para en el 2015 en México existían alrededor de 2.6 millones de empleados bajo esta modalidad.
Si tomamos en cuenta que actualmente en el país existen 27.2 millones de personas de entre 20 y 34 años, es decir, lo más receptivos a trabajar desde casa, y que de acuerdo con un análisis realizado por IPSOS, alrededor del 84% de los mexicanos estarían dispuestos a trabajar desde un lugar diferente a su oficina y que 74% asegura que son más productivos trabajando desde casa o desde cualquier otro lugar, se pone en evidencia la importancia que tiene el establecer las bases legales del teletrabajo.
Dichas políticas públicas también deben potenciar la adopción de herramientas de movilidad pues usando de manera correcta estas tecnologías, se puede ayudar a las empresas a mejorar la calidad de vida de sus colaboradores, además de abrir la posibilidad de incluir a grupos vulnerables, mientras que para la empresa los beneficios pueden verse reflejados en el aumento de entre 15 y 20% de su productividad.
El marco regulatorio debe establecer además las reglas para definir la cantidad de días u horas en que los colaboradores puedan aplicar esta modalidad de trabajo, o bien sugerencias para la implementación de esquemas mixtos que fomenten la cohesión y la convivencia social de los colaboradores, ya sea que permitan realizar 50% trabajo remoto o, de acuerdo con las tareas de cada posición, 80% home office y 20% trabajo presencial, según las necesidades de cada empresa y su core business.
Y aunque aún falta camino por construir en materia de teletrabajo, y mientras se trabaja en los detalles de la regulación, las empresas pueden avanzar en la implementación de este esquema de trabajo y aprovechar las bondades que ofrece organizando un trabajo conjunto entre las áreas de recursos humanos y tecnología para que ambas generen de una política que incluya la descripción de las funciones de cada posición, el establecimiento de las actividades a realizar de manera remota, así como la asignación de las herramientas necesarias para que los colaboradores realicen sus actividades en esa modalidad.
En resumen, las herramientas para ejercer el teletrabajo existen y la disposición de los colaboradores también, las normas para sustentar el esquema están en construcción y una vez que logremos conjuntar todas las partes, podremos ver un crecimiento del teletrabajo, sólo hace falta esperar e informarnos al respecto.
-Aarón Olmedo Helgueros, Subdirector Business Development de Unify México.