La encuesta sobre la cultura del Código Abierto 2017 reveló varios hallazgos importantes sobre las cambiantes posturas y prioridades en lo que se refiere a la forma en que funcionan las organizaciones de los participantes en el sondeo, la reacción ante el universo empresarial en crecimiento y las nuevas tecnologías disponibles. También mostró que si bien la colaboración y la transparencia son prioridades para una cultura abierta, los sistemas heredados, la tecnología obsoleta y los equipos aislados son obstáculos que deben superarse antes de que un cambio genuino sea posible.
Principales conclusiones de la Encuesta Sobre la Cultura del Código Abierto 2017, los resultados de nuestra encuesta revelaron lo siguiente:
La transformación digital está cambiando las empresas de adentro hacia afuera. La mayoría de los encuestados (91%) estuvieron de acuerdo en que los avances tecnológicos están cambiando la forma en que las organizaciones de su sector deben operar para lograr el éxito.
Como resultado, la empresa debería ser diferente en los próximos años. La mayoría de las organizaciones de los entrevistados ya está poniendo en práctica planes de gestión del cambio (52%) o han elaborado planes pero aún no los han implementado (10%). Cuando se cuestionó si planeaban introducir cambios significativos en el modo en que las personas trabajan juntas, los encuestados expresaron que planean efectuar cambios en los próximos seis meses (30%), el año próximo (23%) y en los próximos dos a tres años (14%).
En los planes de gestión del cambio, TI es la máxima prioridad. La gran mayoría de los encuestados señaló a la TI como la principal área que ha intentado o intentará realizar un cambio cultural (84%). Otras áreas clave son recursos humanos (24%), capacitación para el liderazgo (23%), finanzas (12%) y marketing (12%).
El estilo open source genera valor. Red Hat ha dado forma gran parte de su cultura a partir de las comunidades open source en las que trabajamos y sus valores con frecuencia son similares a los nuestros: transparencia, integración, adaptabilidad, colaboración y comunidad. Creemos que estos valores son la esencia de toda cultura abierta y los encuestados revelaron que son cruciales en sus esfuerzos en pos del cambio. Los participantes clasificaron la transparencia como sumamente importante (29%) o muy importante (45%). Le siguió la colaboración, considerada como sumamente importante (35%) o muy importante (33%). La comunidad clasificó como sumamente importante en un 24% y como muy importante en un 40%, y la adaptabilidad clasificó como sumamente importante en un 26% y como muy importante en un 38%. Finalmente, la integración figuró como sumamente importante para un 18% y como muy importante para un 36%.
Aunque los participantes de la encuesta reconocen el valor del estilo open source, existen obstáculos para el cambio cultural. El 81% de los encuestados coinciden en que tener una cultura organizativa abierta es importante para la empresa. Sin embargo, sólo un 67% de los participantes sostuvieron que su organización contaba con los recursos necesarios para construir una cultura abierta. Los sistemas heredados y la tecnología obsoleta plantean obstáculos para el cambio. Más de la mitad de los encuestados (59%) identifican estos obstáculos como uno de los desafíos de su organización al momento de implementar un cambio en la cultura, junto a los departamentos/equipos aislados (54%) y los problemas presupuestarios (51%). Otros desafíos incluyen una estructura de gestión jerárquica (43%), la falta de compromiso de los empleados (33%) y la reticencia a compartir conocimientos e información (25%).
La organización del futuro se sustenta en la colaboración y la comunicación abierta. Los principales cambios que los encuestados ya están introduciendo o planean efectuar consisten en fomentar un entorno laboral más colaborativo (54%) y promover el diálogo abierto y la retroalimentación en todos los niveles y departamentos (46%). Los participantes también planean aumentar la transparencia de las comunicaciones e información internas (38%), replantear las prácticas y estructuras gerenciales (31%) y reevaluar la misión y el propósito de la organización (22%) para aportar una mayor apertura a sus culturas organizativas.