La nube se está posicionando como una opción para aquellas organizaciones que están buscando elevar sus capacidades de cómputo de forma rápida y accesible. Sin embargo, a menudo el dilema radica en qué tipo de cloud elegir: pública, privada o híbrida.
Cada uno de estos sabores tiene sus ventajas y desventajas. Lo cierto es que su adopción va al alza gracias a su flexibilidad, gestión y rapidez. De acuerdo con un sondeo realizado por Forrester, a petición de Red Hat, a 272 tomadores de decisiones, el avance de esta tecnología será considerable en los próximos tres años:
- El 54% dijo que ampliaría o mejoraría la implementación de nubes privadas; en tanto que el 61% haría lo mismo con sus nubes públicas.
- Se prevé también un aumento en la inversión de nubes privadas (56%) y públicas (63%).
Estas tendencias apuntan a que al final del día, las organizaciones utilizarán y gestionarán nubes híbridas con miras a tener beneficios como un mejor control de los costos de TI, más flexibilidad para manejar su infraestructura, fortalecer la seguridad y el cumplimiento, entre otros.
Vale la pena revisar brevemente en qué consiste cada una, así como sus principales características.
La nube pública es tal vez la más sencillas de las implementaciones. Un proveedor se encarga de distribuir el poder de cómputo, los recursos y las plataformas a varios clientes a través de una red (multitenant), quienes comparten el acceso con privilegios particulares al software.
No son propietarios del almacenamiento donde se albergan sus datos, ni administran los servidores o determinan cómo se aseguran sus aplicaciones o servicios; pagan lo que utilizan y pueden escalar tan rápido cuando necesitan recursos adicionales.
Sus desventajas: Al ser un entorno multitenant tienden a ser más susceptibles a las amenazas a la seguridad, en tanto que las cargas de trabajo que requieren estar aisladas pueden estar expuestas.
Por su parte, las nubes privadas guardan cierta semejanza a las públicas, excepto que los sistemas son dedicados a un solo cliente con acceso exclusivo a través de entornos de autoservicio.
Normalmente están sobre una red privada segura y brindan un entorno resiliente para ejecutar cargas de trabajo específicas, lo que resulta una ventaja para las aplicaciones legadas que no funcionarían adecuadamente en una nube privada.
Si bien es cierto que los usuarios de estos ambientes pueden sumar mayores recursos cloud, cuando tienen que hacerlo deben adquirir nuevo hardware o arrendar una infraestructura privada de un proveedor, lo que resulta tardado y más costoso que usar una nube pública.
El punto de conexión
Las nubes híbridas conjugan lo mejor de las públicas y privadas mediante software de gestión y automatización que permite que las cargas de trabajo, recursos, plataformas y aplicaciones viajen entre ambos entornos.
Como una arquitectura separada pero conectada, hace posible que las organizaciones ejecuten cargas de trabajo en la implementación de nube más eficiente: las críticas en la nube privada, las menos sensibles en la pública y tomar recursos de cada entorno según sea necesario.
Por ejemplo, conectar una nube privada a una pública puede ayudar a atender los periodos de alta actividad o anticipar las interrupciones y llevar dichas cargas a la nube pública.
¿Pero cómo funcionan las nubes privadas? Existen seis características particulares que las distinguen de sus contrapartes:
Interoperabilidad. La parte esencial de las nubes híbridas, sin ella las públicas y privadas pueden existir una independiente de la otra pero nunca lograrían interactuar. Las nubes híbridas incluyen una serie de puntos de contacto y servicios de software compartidos que permite que las cargas de trabajo, los recursos, las plataformas y las aplicaciones puedan migrar entre entornos.
Gestión. Es imposible administrar un ambiente híbrido manualmente usando varias herramientas, implementaciones de políticas redundantes y personal de operaciones extra. Existen en el mercado herramientas de gestión de nubes (como Red Hat CloudForms) para hacer más sencillo el proceso
Escalabilidad. Una nube privada brinda acceso bajo demanda a recursos más allá de lo que es posible hacer con la virtualización. Las públicas facilitan aún más el ingreso a una reserva teóricamente ilimitada de recursos. Cuando ambos ambientes de integran en un entorno híbrido, le dan a la empresa la escalabilidad que necesita.
Seguridad. La seguridad será siempre una gran preocupación para las empresas. Tener múltiples entornos puede ser una de las mejores defensas contra los riesgos. Las nubes híbridas permiten elegir dónde se colocarán las cargas de trabajo y datos de acuerdo con los requerimientos de cumplimiento, auditoría, políticas y seguridad.
Desarrollo de aplicaciones nativas de la nube. Al conectarse con las nubes púbicas y privadas, la nube híbrida abre el camino para que las aplicaciones puedan ejecutarse en los diferentes entornos de desarrollo. Ofrece una base de cómputo estable para desarrollar, implementar y administrar dichas apps.
En este sentido, Forrester cita en el estudio antes mencionado las principales razones para migrar las aplicaciones a la nube: escalabilidad ágil y sencilla (46%), beneficios del proveedor de servicios administrados (44%) y tiempo de implementación más rápido (38%).
Open source: la base
Recientemente, IBM y Red Hat anunciaron una colaboración a través de la cual sus clientes se beneficiarán del poder combinado de sus tecnologías en las nubes privadas y públicas, así como maximizar sus actuales inversiones y llevarlas más fácilmente a la nube híbrida con IBM Cloud Private y Red Hat OpenShift; además, los desarrolladores podrán diseñar, modernizar e implementar nuevas aplicaciones más rápidamente al tiempo de aprovechar servicios de IBM basados en la nube como inteligencia artificial, Internet de las Cosas (IoT) y blockchain.
Por otra parte, Red Hat y Microsoft ampliaron su alianza para crear nuevas iniciativas dirigidas a permitir a las empresas adoptar contenedores más fácilmente y elevar su agilidad para lograr su transformación digital usando nubes híbridas.
Esto es evidencia de cómo el código abierto empresarial ha conformado en los años reciente una base consistente para todas las variedades de la nube: pública, privada, híbrida e incluso multicloud.
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El autor de este artículo, Mario Silva, es gerente de Soluciones de Arquitectura de Red Hat México.