Este año México se ubicó en la quinta posición como uno de los países en la mira de los ciberataques en el mundo y el segundo en Latinoamérica. En julio de 2018 se documentaron varios intentos de agresiones dirigidas al país, con un promedio de 3.10 tan sólo ese mes, y registrando hasta más de 8 millones a nivel mundial, de acuerdo con una plataforma de monitoreo de riesgos cibernéticos.
Javier Sánchez Serra, director de Tecnología de Mer Group México, opinó que las consecuencias de un ataque cibernético han permeado en la economía mexicana, costandole al gobierno hasta tres millones de dólares anuales. Ante tal panorama, se han establecido medidas de protección en las instancias gubernamentales para mitigar los efectos de esta ola de ciberdelincuencia que ha estado sufriendo el país.
La Estrategia Nacional de Ciberseguridad (ENCS), que se encuentra en su primera fase de implementación, es una iniciativa que se adoptó con el objetivo de fortalecer los sistemas en varios ámbitos del Estado. La ENCS busca preparar a México y hacerlo más resiliente ante ataques cibernéticos.
Aún cuando se conocen las cifras del impacto de esta problemática, es complicado determinar de dónde provienen los ataques; pues, al no existir barreras, los delincuentes pueden acceder desde cualquier parte del mundo a los sistemas. Tal es la razón por la que el gobierno adoptó las estrategias de seguridad y además recomienda a las organizaciones, tanto públicas como privadas, a fortalecer sus medidas de prevención en sus estructuras informáticas.
La capacidad de los agresores va en aumento y se han aprovechado de la falta de estrategias de protección en México y Latinoamérica, que suponen un blanco fácil. El tema de ciberseguridad es primordial para garantizar la seguridad de las transacciones digitales, la información de los usuarios y se optimicen las regulaciones actuales.