En los últimos años, aquel director financiero que se dedicaba a analizar hojas de cálculo e imaginar futuros escenarios del negocio han quedado en el olvido. Desde que el puesto obtuvo mayor responsabilidad y adoptó el nombre de CFO (Chief Financial Officer), se han ido incrementando las capacidades y desafíos a los que se debe enfrentar estratégicamente con tal de llevar a la empresa por buen camino.
Conforme pasaron los años, los CFO obtuvieron un mayor papel corporativo, teniendo que dirigir el camino de las acciones de la empresa, sus sectores y la forma en que los recursos fueran utilizados para mejorar el rendimiento, logrando de este modo que las inversiones estén acorde a una estrategia competitiva a largo plazo. Así como analizar en qué sectores, y de qué manera los recursos invertidos podrán tener mejores resultados, administrando midiendo las inversiones en modelos innovadores que los mantengan a la par o por arriba de sus competidores.
Las finanzas corporativas se asocian también con el gobierno corporativo de las empresas a través de la interrelación con los problemas de incentivos que subyacen a la toma de decisiones financieras.
Así, el deber del CFO es el de actuar como un intermediario entre las operaciones de la empresa, su cartera de activos, y los mercados capitales en los que se negocian los títulos o activos financieros emitidos por la empresa para financiar su cartera de proyectos.
Los CFO se encuentran en una gran posición para cerrar la brecha en las diferencias culturales conforme trabajan en un entorno globalizado. Con la situación económica que estamos viviendo, en entornos cada vez más difíciles, la planificación y el análisis con base en escenarios se están volviendo cada vez más importantes.
La globalización presenta un nuevo ambiente que tiene una relación directa con los cambios empresariales y en la alineación financiera para hacerlas más competitivas. Es importante que las empresas entiendan que las finanzas corporativas involucran decisiones de inversión, financiamiento, y dividendos, sobre las cuales se basará el crecimiento y el éxito de la empresa.
La tecnología y los datos están adquiriendo un papel fundamentan en las operaciones y en las estrategias de crecimiento. La inteligencia artificial, el Machine Learning y el Big Data son herramientas que pueden facilitar la creación de informes financieros, cumplir con las normas actuales, ayudar a controlar los diversos movimientos del mercado, realizar un seguimiento de las ineficiencias de la cadena de suministro y predecir las tendencias futuras.
Gran parte de esta globalización deriva del impacto que la tecnología digital y del papel que tienen los denominados “Millenials” tienen en la economía mundial. Cada día nuestro mundo está más conectado, y los deseos de los consumidores cambian constantemente. Las redes sociales juegan un papel crucial en la economía de las personas y empresas. Y justo en este escenario es donde se debe tener la capacidad de entender el cómo la tecnología cambia el comportamiento de los consumidores donde, por ejemplo, no se preocupan tanto por adquirir bienes a futuro, sino vivir experiencias que puedan compartir con sus allegados, evitando contratos de larga duración y teniendo una gran preferencia a servicios “on-demand”.
El CFO de la actualidad y del futuro debe contar un amplio portafolio de habilidades, pero, sobre todo, saber manejar las tendencias tecnológicas y análisis de sus competidores para la toma de decisiones. Además, deben tener una ambición de larga vida en su industria sabiendo medir y gestionar los riesgos de una toma de decisión y no sólo evitarlos.
Federico Buiter, MBA, Director General de Integrity Software Latin America.