Los humanos han creado idiomas para comunicarse mejor. Desde los jeroglíficos de los egipcios hasta el latín clásico de la antigua Roma, los idiomas han evolucionado y se han convertido en las lenguas reconocibles que conocemos hoy. Avancemos rápidamente hasta el siglo XXI y el lenguaje que se está volviendo cada vez más popular es el de los ceros y unos, de signos de exclamación. ¿El nombre de ese idioma? Código.
¿Está leyendo esto en un celular, tableta o computadora? ¿Ingresó a un escritorio esta mañana o utilizó un pase de seguridad para entrar a su edificio? ¿Habla regularmente con colegas y clientes a través de videoconferencias? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es “sí”, indirectamente está utilizando el código todos los días, expresó Carlos Popoca, manager para la división de IT de Hays México.
Cada máquina o dispositivo que utilizamos depende de la codificación en algún lugar, y con los roles cada vez más digitalizados, la mayoría de nosotros tendría dificultades para hacer nuestro trabajo sin este lenguaje.
Carlos Popoca dijo que más allá del mundo del trabajo, el código se está utilizando para cambiar vidas en todo el mundo. IBM organizó un desafío en 2019 llamado “Call for Code” que invitó a los desarrolladores a crear soluciones técnicas a desastres naturales como terremotos, volcanes e incendios forestales, utilizando la codificación en un entorno de código abierto para resolver problemas complejos del mundo real. La codificación no es solo el futuro del trabajo, es el futuro del mundo en que vivimos.
Según datos de la consultora Gartner, las “cosas” conectadas (como celulares, tabletas y relojes inteligentes) superarán con creces a la población mundial para 2020, con la expectativa de que contar con más de 20 mil millones de dispositivos en uso. Tiene sentido, entonces, tratar de comprender los idiomas más utilizados en el planeta: nuestros dispositivos. Entonces, podemos conectarnos mejor, enseñar y mejorar su alcance.
Las habilidades de código nos ayudarán a convivir con la tecnología
Carlos Popoca mencionó que resulta común pensar que codificar es una actividad reservada para técnicos o matemáticos, un privilegio para unos pocos. La cuestión es que, a medida que cambia el mundo del trabajo y se automatizan más roles y tareas, vale la pena actualizarse y capacitarse de cara al futuro. Según la consultora McKinsey, la inteligencia artificial y la automatización transformarán la naturaleza y los lugares de trabajo. Predicen que las máquinas podrán llevar a cabo más tareas repetitivas realizadas por humanos y, como resultado, algunas ocupaciones disminuirán o cambiarán, mientras que otras crecerán.
En este mismo informe, se sugiere que todavía habrá suficiente trabajo para todos (porque la tecnología creará nuevos empleos y cambiará otros), pero la fuerza laboral debe adaptarse a estos cambios y aprender nuevas habilidades. Esta fuerza laboral necesitará aprender a coexistir con máquinas cada vez más capaces y ¿qué mejor manera de hacerlo que aprender los idiomas que controlan dichas máquinas? Incluso si un robot se hiciera cargo del administrador o partes repetitivas de un rol de servicio al cliente (liberándolos para realizar tareas de más valor), esa tecnología aún necesita que alguien escriba el código que lo alimenta. Alguien que lo modifique y garantice una mejora continua.
“Este futuro de la tecnología no significa un golpe mortal para la fuerza laboral: simplemente enfatiza la necesidad de aprender nuevas habilidades y considerar dónde la tecnología jugará un papel junto con su conjunto de habilidades actuales en los próximos 5, 10 ó 15 años. Una vez que sepa cómo puede cambiar su rol, puede aprender las habilidades que le harán seguir siendo competitivo en el mercado laboral”, opinó Popoca.
Por qué debería aprender a codificar, incluso si no es su trabajo
Según un estudio de PWC, el 74% de los trabajadores están dispuestos a aprender nuevas habilidades o volver a capacitarse por completo en el futuro. La cuestión es que estas habilidades son útiles independientemente de su rol actual. Si bien, la codificación es una habilidad muy solicitada para empresas de todos los tamaños, también es una capacidad increíblemente útil para la vida, especialmente si es un profesional independiente o un contratista. No solo podrá crear su propio sitio web, sino que también podrá automatizar tareas que de otro modo podrían causar una pérdida de tiempo considerable.
Tareas como la entrada de datos o la respuesta a preguntas fáciles de responder de un cliente se pueden entregar a un software, siempre que esté codificado correctamente. Incluso el conocimiento más básico es útil. ¿Por qué esperar a que un miembro del equipo técnico se comunique contigo cuando puedes hacer pequeños ajustes y cambios y pasar a la siguiente tarea de manera rápida y eficiente?
“A partir de 2019, nunca fue tan fácil aprender a codificar. Ahora está disponible para todos. Hay muchos recursos gratuitos en línea, pero si deseas avanzar a otro nivel, las empresas como Le Wagon pueden capacitarte para asumir múltiples desafíos de codificación en tan solo tres meses
“La clave es aprender el lenguaje de código. Ya sea que estés administrando un negocio o trabajando para uno, las habilidades clave que aprenderás, te prepararán para el futuro. Entonces, la próxima vez que pienses en aprender un nuevo idioma, sumergirte en frases y gramática, elige la codificación y comunícate en el idioma más global”, concluyó Carlos Popoca.