El Vaticano difundió el documento Rome Call for AI Ethics por el que promueve el desarrollo ético de la Inteligencia Artificial (IA) y de tecnologías como el reconocimiento facial. Al pliego se han adherido Microsoft e IBM, dos de los gigantes más avezados y que más esfuerzos y dinero invierten en el desarrollo de estas ciencias.
Las tres partes concluyen que la Inteligencia Artificial “debe respetar la privacidad, trabajar de manera confiable y sin prejuicios, considerar los derechos humanos y operar de manera transparente”.
Esta tecnología ha hecho que en los últimos años se abra un debate sobre la necesidad de regularla. Por ejemplo, la ciudad de San Francisco, California, fue pionera al aprobar una ley contra la utilización del reconocimiento facial por agentes locales en sus calles ya que, según sus legisladores, “esta tecnología utilizada para la vigilancia es incompatible con una democracia saludable”.
El propio Papa Francisco advirtió sobre este tipo de peligros. “Esta asimetría, por la cual unos pocos saben todo sobre nosotros mientras nosotros no sabemos nada de ellos, merma el pensamiento crítico y el ejercicio consciente de la libertad. Las desigualdades se expanden enormemente con graves riesgos para las sociedades democráticas”.
En referencia al reconocimiento facial, el documento hace referencia a la regulación y la transparencia para “el cumplimiento de los principios éticos y los derechos humanos”. Por su parte, tanto IBM como Microsoft han señalado que declinan cualquier negocio que tenga que ver con la Inteligencia Artificial si no se adecua a sus políticas éticas.