Estar conectados en todo momento a dispositivos móviles y redes sociales nos ha llevado a una saturación digital, un fenómeno que, aunque no nació a raíz de la pandemia, sin duda alguna ha sido potencializado.
Según datos del Global Web Index, al primer trimestre de 2020 el 63% de los usuarios de Internet de todo el mundo dijeron estar conectados constantemente y pasar en promedio alrededor de 2 horas y 24 minutos al día navegando en redes sociales y aplicaciones de mensajería.
En esta contingencia, donde además la actividad laboral y social dependen de la conectividad, es importante buscar el bienestar digital, es decir,cuidar la salud personal, la seguridad, las relaciones y el equilibrio entre la vida laboral y personal en entornos digitales. Una tarea que parece imposible cuando la primera actividad del día es revisar los dispositivos y hacer scroll en el feed antes de dormir.
De acuerdo con el comunicado de prensa emitido por AT&T, el primer paso para lograr una vida digital en balance es establecer límites para que la tecnología nos ayude a mejorar nuestra vida en lugar de distraernos y saturarnos.
Es por eso que esta firma compartió algunos consejos para evitar que la hiperconexión se convierta en un problema de salud, conducta o afecte las relaciones personales:
· Enfocar el tiempo con la tecnología. Sacar el mejor provecho de ella, entender las razones para las que se utiliza cada dispositivo y plataforma, y hacer un uso más responsable y consciente.
· Desconectarse más seguido. Pasar menos tiempo conectado permite disfrutar más pasatiempos. Existen aplicaciones que ayudan a detectar la frecuencia y uso de cada dispositivo, y restringir el acceso por cierto tiempo programado para ser más productivos.
· Minimizar las distracciones. Establecer horarios para un descanso del trabajo o para revisar redes sociales. Poner tonos especiales para llamadas o mensajes permite identificar más fácilmente cuando puede tratarse de una urgencia o un tema de trabajo.
· Encontrar el balance. Platicar sobre los límites que se tendrán en casa y llegar a un consenso sobre la cantidad de horas en las que se puede jugar, estar en redes o en videollamadas, generará un ambiente más sano.