A finales de 2019, Google anunció la adquisición del fabricante de wearables y monitorización de ejercicio físico Fitbit por valor de 2,100 millones de dólares. Una compra que ya ha dejado su primera polémica; ayer un grupo de veinte grupos de defensa de Estados Unidos, Europa y América Latina firmaron una declaración en la que instan a los reguladores a desconfiar de la transacción alegando preocupaciones sobre privacidad y competencia.
La misiva, aseguran estos grupos, además de influenciar en el mercado de la competencia, donde Google ya cuenta con numerosos problemas, daría información personal a la compañía de los usuarios sobre, por ejemplo, los pasos que realizan al día, su calidad del sueño o la frecuencia cardíaca.
“La experiencia muestra que los reguladores deben desconfiar de cualquier promesa hecha por las empresas fusionadas sobre las restricciones de datos que pretenden hacer”, asegura el texto. “Deben asumir que, en la práctica, Google utilizará la información sensible que recopile”.
Por su parte, desde Google, y en declaraciones recogidas por Reuters, señalan que este acuerdo se basa en dispositivos y no en datos. “Creemos que la combinación de los esfuerzos en hardware de Google y Fitbit aumentará la competencia en el sector”.