En México como en toda Latinoamérica se ha tardado más en aceptar la banca normal en comparación con otras regiones. Un amplio sector de la población solía realizar sus transacciones principalmente en efectivo. Asimismo, la penetración de Internet y la oferta de servicios digitales a los clientes de los bancos aún se encuentran en un lento proceso.
Sin embargo, el COVID-19 ha supuesto un drástico cambio en el panorama de la inclusión financiera. Se ha producido una amplia migración de los clientes a los servicios digitales, incluidos la banca online y el comercio electrónico, como consecuencia directa de la pandemia.
Según un estudio de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), dos de cada 10 mexicanos piensan hacer más compras por Internet principalmente para no salir de casa, evitar aglomeraciones y por la necesidad de recibir sus compras a domicilio, donde la comida a domicilio y los productos de moda son las categorías que mayor porcentaje de nuevos compradores atraen.
Según Asociación Bancaria y de Entidades financieras (Asobancaria) debido a la emergencia económica y al aislamiento que provocó el Covid-19, cerca de 2 millones de colombianos se bancarizaron durante el primer semestre de 2020.
Según IPSOS existen 8,6 millones de usuarios bancarizados en el Perú urbano, con un 57% de uso de la Banca Móvil y un 52% de la banca por internet.
Principales riesgos de la bancarización en México
A pesar de que la transición generalizada hacia la banca online ya estaba tomando fuerza en México antes de la pandemia, los sectores de la banca y el comercio electrónico se han visto obligados a acelerar el paso para responder a la creciente demanda causada por el COVID-19.Lo lamentable es que simultáneamente ha aumentado la oportunidad de acción de delitos como el fraude en la banca online en la región.
Los clientes, por su parte, no están acostumbrados a la banca online. Los fraudes más comunes, incluidos los ataques de ingeniería social, como el phishing bancario, serán, de repente, extremadamente efectivos para los fraudsters, ya que los clientes no tendrán experiencia previa en los servicios online y no sabrán qué actividades deben considerar sospechosas, de qué deben desconfiar o qué deben evitar.
La razón por la que existe un enorme potencial para el fraude en la banca online en Latinoamérica es que los fraudsters pueden cometer el fraude desde cualquier lugar del mundo.
El juego del gato y el ratón al que han jugado los bancos y los fraudsters en países en los que la banca online y el fraude en la banca online han progresado juntos no será el mismo, puesto que los fraudsters que pongan sus ojos en Latinoamérica ya habrán perfeccionado su técnica.
La oportunidad de aprovechar la rápida bancarización de Latinoamérica atraerá a ciberdelincuentes organizados, altamente cualificados y extremadamente bien equipados de todos los rincones del mundo para eludir las rudimentarias medidas de ciberseguridad y perpetrar sus fraudes en la banca online.
Es por esto que los bancos en México y en toda Latinoamérica deben priorizar la seguridad durante este periodo de incertidumbre para evitar enormes pérdidas en nombre de sus clientes y daños a sus negocios como consecuencia de una pérdida de confianza que será difícil rectificar.
Pueden hacerlo yendo un paso por delante de las sofisticadas técnicas de los fraudsters mediante la adopción de medidas de seguridad avanzadas que garanticen que pueden mantener la seguridad de los ahorros de sus clientes.
La única forma de asegurar la protección contra el fraude en la banca online es garantizar que los clientes son quienes dicen ser y garantizar durante toda la sesión online que no haya ni robo ni manipulación de su identidad.
Solo así pueden evitar ataques especialmente sofisticados, como los que incluyen troyanos de acceso remoto (RAT), en los que un fraudster puede secuestrar la cuenta de un usuario en la banca online en plena sesión, después de registrado, o puede introducir malware en una sesión.
En este sentido, es importante que adopten soluciones que combinen el deeplearning y la biometría del comportamiento para verificar correctamente la identidad de un usuario durante toda la sesión en línea analizando miles de parámetros únicos del comportamiento típico de cada usuario, como, por ejemplo, la forma en la que teclea su nombre o mueve el mouse.
Gracias al deeplearning, la solución va ganando precisión cada vez que el usuario inicia sesión, y, además, la identidad del usuario se puede verificar de forma constante e imperceptible, para que no haya fricciones con la experiencia de usuario.
De este modo, los bancos de México pueden asegurarse un éxito duradero en el paisaje que se dibuje después de la pandemia, en el que el cambio a los servicios de banca online se considere un avance sin reservas, y sigan progresando con seguridad, con la plena confianza de sus clientes.
Luisa Esguerra, Vicepresidente para Latinoamérica de Buguroo.