Al tercer trimestre del 2020 (3T-2020) y después de un confinamiento de la mayor parte del año por la pandemia del coronavirus, se ha generalizado la realización de actividades cotidianas a través de Internet y de los dispositivos de conectividad.
No sólo estudiamos, trabajamos y nos entretenemos por esta vía, sino también, hemos trasladado nuestra transaccionalidad, es decir, la adquisición de bienes de consumo diario y otros productos, a plataformas digitales.
Al 3T-2020, se contabilizan en México un total de 63.0 millones de usuarios de comercio electrónico, que representa una proporción de 74.0% del total de internautas en el país (85.1 millones) y resulta ser 13.1% superior en su comparativo con el 2T-2019. En otras palabras, durante el último año y derivado del ‘empujón digital’ por la pandemia, se abonaron un total de 3.3 millones de usuarios.
Sin duda, el confinamiento ha resultado ser catalizador del comercio electrónico. Sin embargo, en esta categoría se encuentran una gran variedad de actividades, en donde son identificables ganadores y perdedores.
Entre aquellas que se vieron favorecidas en mayor proporción, se encuentran las denominadas actividades, es decir, que han sido fundamentales para sortear los requerimientos sociales más básicos durante este periodo pandémico.
La actividad que registra una mayor cantidad de usuarios es la de solicitud de servicio de transporte privado o taxis. Estas plataformas, entre las que se encuentran Uber, DiDi y Beat, lograron en su conjunto un total de 17.8 millones de usuarios, 83.5% más frente al 2T-2019, por la masificación en el acceso de la conectividad móvil y la relevancia que ha tomado para los usuarios contar con un transporte, evitando salir en su búsqueda a la calle para, con ello, aminorar la probabilidad de contagio.
En segundo lugar, se encuentran los pagos de servicios. Agua, electricidad, internet, teléfono, entre otros servicios, han sido de importancia crucial para continuar conectados durante la pandemia. De esta forma, 14.2 millones de usuarios (+132.8% en su comparativo con el 2T-2019) optaron por migrar al pago de estos servicios de forma digital.
Usuarios de Comercio Electrónico por Actividad
(Millones)
La compra de comida a domicilio también es de las actividades más beneficiadas, al pasar de 2.9 millones de usuarios en el 2T-2019 a 11.3 millones en el 3T-2020 (crecimiento de 289.7%). Una gran cantidad de restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas y optar por la entrega directa al hogar. De esta forma, los usuarios migraron a plataformas digitales para adquirir alimentos y bebidas.
Por su parte, la compra de despensa registró un crecimiento de 54.8% al pasar de 3.1 millones de usuarios en el 2T-2019 a 4.8 millones en el 3T-2020. Si bien esta actividad ha sido una de las de mayor crecimiento durante el confinamiento, el grueso de la población continuó haciendo compras en forma física. Ello debido al no cese de la operación de la mayoría de las tiendas durante la pandemia, la implementación de medidas de prevención de contagio, así como la menor frecuencia de compra y planeación por parte de los consumidores. A pesar de ello, se abonaron 1.7 millones de nuevos usuarios.
En el saldo registrado del comercio electrónico, varios rubros de intercambio de bienes y servicios en línea reportaron resultados negativos, incluso habiendo perdido usuarios.
Por ejemplo, aquellas pertenecientes al rubro del esparcimiento.
La compra de viajes en línea muestra una disminución de usuarios -51.6% con respecto al 2T-2019, al contabilizar 2.7 millones de usuarios al 3T-2020. Ello ocasionado por la restricción de viajes al extranjero, las limitaciones a la movilidad impuestas por el gobierno y también las precauciones tomadas por los mexicanos.
La industria más afectada fue la de entretenimiento presencial. El cierre de teatros, ferias, conciertos, eventos deportivos, entre otros; ocasionó que esta categoría sólo alcanzara 2.0 millones de usuarios al 3T-2020. De hecho, la reapertura de cines y las medidas que han tomado para darle confianza y seguridad a los usuarios fue lo que le permitió a esta actividad atenuar su caída.
Con todo, el comercio electrónico registró un empuje adicional a su tendencia orgánica observada durante los últimos años, a partir del confinamiento social ocasionado por la crisis sanitaria. No obstante, no se convirtió en una suerte de Rey Midas para todos los mercados que cuentan con escaparates digitales para la venta de sus productos y servicios.
Al interior se identifica que no todas las actividades se han visto favorecidas, ante el desconocimiento de los hábitos de consumo en línea de los usuarios y la imposibilidad de adaptarse a las circunstancias sanitarias y económicas adversas, lo que ha derivado en la existencia de ganadores y perdedores durante la pandemia.
-Rolando Alamilla