La Banca se encuentra inmersa en un proceso de cambio obligado por las circunstancias del COVID-19, pero también por el auge y consolidación de la tecnología en sus modos de operar. Lo que ha llevado a Capgemini a elaborar sendos informes en los que analiza cuáles serán las principales tendencias que veremos a lo largo de este recién estrenado año en lo que a pagos y a la tendencia del sector en sí se refiere.
Y lo queda claro, como tendencias generales, es que la Banca migra a la nube con el objeto de crear empresas rentables, eficientes y ágiles como resultado de la transformación digital que vive la sociedad, y de la que no quiere quedar fuera. En este sentido, Capgemini tiene claro que la adopción de la nube ayuda a los bancos a innovar con agilidad y les permite añadir rápida y económicamente nuevos servicios, productos, canales y aplicaciones digitales.
Adopción de la tecnología que trae consigo otra tendencia imparable: la banca como servicio (BaaS), que permite a los bancos monetizar sus productos y servicios a través de API consumibles para terceros. Tanto es así, que el modelo de la plataforma BaaS permite a las fintech y a terceros construir ofertas financieras sobre una infraestructura bancaria regulada, y a los bancos compartir y monetizar datos e infraestructura, y cocrear nuevos productos con un tiempo de comercialización más rápido.
Todo ello sin dejar de lado otra tendencia general que también está cambiando la manera de hacer banca: la sostenibilidad, con la proliferación de bancos verdes, más resistentes a las perturbaciones. Una estrategia que se traduce en una mejora de los resultados.
No en vano, las entidades líderes en temas medioambientales están impulsando las iniciativas de sostenibilidad de los bancos, centrándose en la gestión de los riesgos climáticos, la adopción de operaciones verdes y el desarrollo de productos verdes. Esto se suma a la creciente demanda de productos ecológicos dentro del sector bancario.
Y otro detalle más siempre reclamado por los clientes: la humanización de los bancos, en este caso traducida a mejorar la experiencia de sus clientes en el uso de la banca digital. Pues Capgemini considera que, a pesar de la inversión en digitalización, sólo el 20% de los clientes se siente emocionalmente conectado a su banco principal. Las entidades están esforzándose para proporcionar una experiencia personal a través de canales digitales. Las empresas que aprendan a introducir la experiencia humana en sus interacciones digitales estarán mejor preparadas para ganar confianza y generar conexiones emocionales con los clientes.
Tendencias en pagos
Más en concreto, el sistema de pagos de la Banca también se verá condicionado por una serie de tendencias analizadas por la consultora. Entre las más importantes para tener en cuenta destacan los pagos como servicio (Payment as a Service, PaaS), que ganan tracción entre las instituciones de nivel pequeño y medio. Y es que, los bancos y las instituciones financieras están subcontratando la tecnología y las operaciones de su plataforma de pagos a impulsar la innovación digital y mantener la relevancia en un entorno competitivo. De ahí que PaaS apoye de manera eficiente y rentable las actualizaciones de la infraestructura de pago heredada y mejorar la experiencia del cliente con una tendencia caracterizada por su fuerte impulso.
Una tendencia que lleva a las empresas de pagos a recurrir al blockchain y las bases de datos distribuidas (DLT, según sus siglas en inglés) por eficiencia y economía; y porque es un sistema eficiente a la hora de seguir las operaciones financieras a la vez que protege contra el fraude. Lo que tiene el potencial de reducir costes y disminuir los retrasos.
Sin olvidar tampoco que las ofertas basadas en datos son clave para el futuro del sector. Esto es así porque la economía a la carta, el procesamiento de transacciones en tiempo real y el manejo de datos presionan a las empresas para que refuercen su infraestructura y tecnología en el procesamiento y la gestión de datos; porque el análisis predictivo se está convirtiendo en una excelente herramienta para que las empresas de pago examinen la seguridad, el cumplimiento y los matices operacionales; y porque el Big Data tiene el potencial de impulsar la hiperpersonalización de los métodos de pago una experiencia personalizada.
Todo ello teniendo en cuenta, asimismo, que la inversión en tecnología aumenta a medida que las empresas de pagos incrementan la seguridad de sus datos. De ahí que la proliferación de los pagos digitales pueda hacer que los clientes cedan sus datos a terceros y queden expuestos. Pues hay que recordar que el sector de los servicios financieros ha sido uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes, con un aumento del 38% en los ciberataques contra las instituciones financieras.
-IDG.es