Los fraudes transaccionales en el comercio electrónico (e-commerce) se han disparado a medida que las empresas procesan cada vez más transacciones en línea y, en sus esfuerzos por combatir el aumento de estos fraudes, los comerciantes rechazan con demasiada frecuencia transacciones legítimas en su intento por bloquear los movimientos fraudulentos.
Este tipo de acciones, rechazar las ventas legítimas, se está convirtiendo en un problema más costoso que el fraude en sí mismo, pues, de acuerdo con Vesta, firma mundial en prevención de fraude digital y mejoras en la aprobación de transacciones, el vendedor de comercio electrónico promedio gasta casi $4 dólares en la lucha contra el fraude por cada dólar de pérdida directa por fraude.
Cualquier empresa que acepta pagos en línea corre el riesgo de sufrir un fraude. Por ejemplo, la Encuesta de Control y Fraude de Pagos de AFP de 2020 encontró que el 81% de las organizaciones fueron blanco de fraude de pagos en 2019. Asimismo, de acuerdo con Review 42, se prevé que el fraude con tarjeta no presente (CNP, por sus siglas en inglés) aumentará 14% para 2023. Además, las transacciones en línea y sin tarjeta presente han aumentado durante la pandemia de COVID-19; los expertos predicen que esta tendencia aumentará 21 por ciento en 2021.
En México, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), los fraudes cibernéticos crecieron 35% en el primer trimestre de 2019 respecto al mismo periodo de 2018, además de que estima que el fraude CNP habrá costado a los minoristas $130 mil millones de dólares desde 2019 y hasta 2023.
El mercado de e-commerce, y por tanto el riesgo de fraudes, es muy grande en nuestro país. En 2020 la campaña del Buen Fin generó $239 mil millones de pesos en ventas totales (107% más que en 2019) y se registraron 188.5 millones de transacciones (157% más que el año anterior). Las ventas online representaron 15.2% de las ventas totales, es decir, poco más de $36 mil millones de pesos, lo que significa un incremento de 225% en comparación con 2019.
Si bien la compra en línea es muy popular, este formato aumenta significativamente el riesgo de fraude. Tan solo en 2020 el fraude del CNP costó a las empresas 35,540 millones de dólares en todo el mundo. Los aumentos significativos en los ataques de fraude están causando grandes pérdidas para las empresas de nivel medio a empresarial, y este tipo de ataques están incluso entre las pequeñas empresas en línea.
En América Latina las compañías tienen la posibilidad de disponer de servicios empresariales de Inteligencia Artificial que proveen la infraestructura necesaria para protegerse de transacciones fraudulentas y ahorrar los grandes costos que éstas generan. Una de las plataformas es Vesta, que comenzó en 1995 como pionera en el procesamiento de transacciones de pago CNP totalmente garantizadas para la industria de las telecomunicaciones.
Vesta es una plataforma que lucha contra el fraude con aprendizaje automático sustentado en 25 años de obtener datos globales en las redes móviles más grandes del mundo. Su gráfico de conocimiento de fraude patentado elabora conexiones en tiempo real entre 2 billones de puntos de datos para realizar una evaluación de riesgo precisa en milisegundos. Los modelos de Vesta son precisos que aprueban más de 97% de todas las transacciones y asumen el 100% del costo del fraude por cualquier transacción aprobada.
La evolución de las soluciones de pago en línea es inevitable, las tendencias de pago digital prometen transacciones más seguras y más rápidas, y las tarjetas bancarias se esfuerzan por mantener el control del mercado de pagos en 2021, pero se enfrentan a una creciente competencia de compañías de tecnología que agregan cada vez más soluciones de pago a sus plataformas.
En este sentido, algunas tendencias de pagos en línea para 2021 son los pagos digitales sin contacto, las tarjetas de crédito biométricas y un mayor enfoque de las empresas Fintech en transacciones entre empresas (B2B).
Para todas estas formas de pago en línea, las soluciones de inteligencia artificial se centran en detectar el fraude antes de completar las transacciones, lo que reduce sus costos operativos y ofrece beneficios como:
– Identificación de cargos fraudulentos: la inteligencia artificial permite distinguir entre transacciones fraudulentas y legítimas.
– Prevención del robo de identidad: la verificación de los clientes ayuda a prevenir la divulgación involuntaria de información personal y transacciones fraudulentas.
– Prevención de estafas de marketing fraudulento: los delincuentes pueden secuestrar la publicidad de las empresas y usarla en sus estafas. Una vez más, la inteligencia artificial puede monitorear estas tácticas y proteger el espacio publicitario de la empresa.
– Disminución de falsos positivos: si los sistemas de detección de fraudes de las empresas carecen de la sensibilidad adecuada, corren el riesgo de rechazar clientes legítimos.