El constante incremento en la demanda de energía en los sectores de la urbanización y de la industrialización se traducirá, en el futuro, en digitalización y automatización de los procesos que ocurren dentro de los edificios, enfocándose en aumentar la eficiencia energética y la seguridad de las personas, mientras se reduce el impacto ambiental.
Se proyecta que para el año 2050, en las ciudades vivirán más de 2.5 billones de personas, 50 billones de dispositivos y objetos estarán conectados digitalmente y el consumo de energía aumentará en un 50%. Además, uno de los retos importantes respecto al cuidado del ambiente es recortar a la mitad las emisiones de CO2 y globalmente el 39% del CO2 relacionado con la energía se puede atribuir al sector de la construcción y los edificios.
“Todos los días vemos como nuestro mundo es cada vez más eléctrico, más conectado y, por ende, requerirá ser hasta tres veces más eficiente. La tendencia es que los edificios del futuro sean completamente digitales y eléctricos centrándose en las necesidades y el confort de las personas, en una mayor protección de los activos, así como una mejor productividad y colaboración”, comentó Tania Cerda, vicepresidenta de Marketing y Ventas Internas de Schneider Electric México y Centroamérica.
Actualmente, un 75% de los costos de los edificios se deben a la operación y mantenimiento y se prevé que la digitalización en los edificios permitiría un 20% de ahorros por año según un estudio de Schneider Electric.
Estos ahorros se logran por medio del mantenimiento remoto de los activos en el edificio, la conectividad, el aprovechamiento de los recursos por medio de los datos y la reducción de fallas a través de sistemas que utilicen la Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial.
“En los edificios, el valor tangible de su transformación tecnológica radica en un menor consumo de energía, una mayor comodidad para sus ocupantes y un funcionamiento simplificado. Existe una necesidad urgente de cambiar la forma en la que el mundo utiliza sus recursos, entre esos la energía, la cual se dirige velozmente hacía un futuro más digitalizado”, agregó Cerda.
Entre las principales tendencias se encuentran la electrificación inteligente, dejando atrás los sistemas comunes que requerían reparaciones manuales, dando paso a sistemas de datos en tiempo real que permiten un mayor control y predicción de posibles fallas. Además, la supervisión y mantenimiento remoto tanto en un edificio particular como en complejos de varios edificios permite una respuesta más rápida en caso de alguna eventualidad, una mejor utilización de los equipos y profesionales operativos, así como un menor costo de operación.
Por otro lado, las herramientas de ciberseguridad y protección de datos son soluciones con una mayor demanda debido a que es vital proteger la información de ciberataques o virus cibernéticos. Se estima que el costo anual de daños causados por el ciber crimen global será de $6 billones para el 2021, según el estudio de Official Annual Cybercrime Report.
“Las herramientas de ciberseguridad y los sistemas que garantizan la operación de los equipos están tomando un auge importante. Día a día las empresas, hospitales, aeropuertos y centros de información requieren de controles de energía como protección ante fallos eléctricos que aseguren el funcionamiento correcto de sus equipos e incluso centros de datos que contienen información crítica para el desarrollo de sus labores. Esto puede lograrse a través de un programa de servicios y procesos adaptados a la realidad digital: actuar con anticipación para evitar que los edificios se detengan y mejorar su eficiencia”, señaló Francisco de Regil, vicepresidente de la división de Field Services de Schneider Electric México y Centroamérica.
También, los sensores de registro de datos para monitoreo y reparación son herramientas que serán tendencia en los próximos años. Es vital para las edificaciones contar con un mantenimiento predictivo y preventivo para evitar fallas o daños en equipos y utilizar el análisis de datos para generar planes de acción en los que los operarios o personal de mantenimiento pueden actuar no importa el lugar donde se encuentren y con mayor rapidez para encontrar una solución.
Las herramientas de Inteligencia Artificial permiten que todos los dispositivos funcionen de manera personalizada. Además, el registro del estado de los equipos eléctricos en tiempo real y una conexión inalámbrica a los sistemas por medio de aplicaciones móviles, se traducen en un ahorro de recursos en el edificio; que podría verse afectado por un mal funcionamiento, el traslado de las personas para repararlo, costos y tiempos de reparación, entre otros.
La Realidad Aumentada también brinda la posibilidad de que el personal, por medio de una cámara, pueda ver el estado real de los sistemas de temperatura, de iluminación y aire acondicionado sin tener que trasladarse a un cuarto de control. Esta tecnología de punta brinda la posibilidad de activar alarmas y sensores en sitio y tener acceso a manuales de mantenimiento y notas de otros usuarios como compañeros de trabajo.
“Los edificios del futuro van a ser un lugar más pleno para desarrollar nuestras actividades, con mayor seguridad, mucho mayor confort y más eficientes en la gestión de sus recursos, lo que nos va a permitir ahorrar energía, justo en este momento cuando el mundo se enfrenta al enorme reto de mantener las sociedades en la que vivimos sin afectar a nuestro planeta. No hay duda de que debemos acelerar el paso desde un sistema de producción y consumo de energía basados en combustibles fósiles, hacia una matriz energética en la que las fuentes limpias tengan una mayor participación”, concluyó Cerda.