El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado la creación de una junta de revisión de ciberseguridad con la imposición de nuevos estándares de software a fin de evitar las intrusiones en sus agencias gubernamentales e infraestructuras críticas, como ha sido el caso, en los últimos días, del ransomware que ha paralizado el oleoducto Colonial Pipeline, que da servicio a prácticamente todo el sudeste del país.
Esta orden ejecutiva incluye la creación de una organización de investigación de las principales amenazas que asolan a sus compañías y un nuevo reglamento, aún por elaborar por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, para el software que adquieren los organismos públicos y para la protección de las pequeñas y medianas empresas.
La orden ejecutiva va dirigida sobre todo al sector privado con la imposición de nuevos y estrictos estándares para cualquier software que el gobierno federal adquiera. Los proveedores que no cumplan con estos nuevos requisitos en un lapso de seis meses serán excluidos de las compras de software por parte del gobierno, lo que puede derivar en la pérdida de sus negocios.
Asimismo, el nuevo documento incluirá la importancia del uso de autenticación de múltiples factores y el uso de cifrado tanto para los datos almacenados como para las comunicaciones. El demócrata Mark Warner ha admitido que esta decisión supone un buen primer paso para un país que “no está preparado para defenderse de los ciberdelincuentes patrocinados por estados o criminales que buscan comprometer nuestros sistemas con ánimo de lucro o espionaje”.
-IDG.es