La arquitectura técnica es la suma y la sustancia de lo que TI despliega para apoyar a la empresa. Como tal, su gestión es una práctica clave de TI.
Lo que nos lleva a esta pregunta: ¿qué constituye una buena arquitectura técnica? O más bien, ¿qué es una arquitectura técnica buena, mala o indiferente?
En caso de que sea un purista, estamos hablando de arquitectura técnica, no de arquitectura empresarial. Ésta última incluye tanto la arquitectura empresarial como la arquitectura técnica. Por eso no es que sea posible evaluar la arquitectura técnica sin entender cómo apoya la arquitectura empresarial, es que la gestión de la salud de la arquitectura empresarial es un problema ajeno.
Por qué es importante la arquitectura técnica
Las TI siempre tienen una arquitectura técnica. En algunas organizaciones es deliberada, pues es el resultado de los procesos y las prácticas que más importan a los CIO.
Pero con demasiada frecuencia, la arquitectura técnica es accidental: un montón de cosas que se han acumulado con el tiempo sin ningún plan general.
Como muestra la figura 1, durante las implantaciones iniciales de TI, la arquitectura gestionada cuesta más que ignorar el tema y esperar lo mejor, pero se amortiza con el tiempo, ya que las ventajas de una arquitectura bien gestionada -menores costos de mantenimiento y soporte, una integración más fácil y menos frágil, y una mayor flexibilidad general a la hora de abordar nuevos retos empresariales- empequeñecen la inversión inicial.
Qué es la arquitectura técnica
Antes de empezar, lo que va a ver no es el conocido marco de arquitectura TOGAF. No es incoherente, pero me parece que lo que sigue es más concreto y se ajusta más fácilmente a las carteras de TI del mundo real. Pero sea cual sea el marco que utilice, su propósito es ordenar los trozos de cosas que gestiona TI en carteras de componentes paralelos para el análisis y la planificación continuos.
La figura 2 muestra los componentes de la arquitectura técnica. Incluye los factores externos que influyen en ella, sus componentes y las normas que genera. De uno en uno:
Factores externos
Entre ellos se encuentran los impulsores del negocio, los principios de la arquitectura y las tendencias tecnológicas:
· Impulsores del negocio: son las capacidades informáticas generales que necesitará la empresa, deducidas de sus objetivos estratégicos. No son requisitos en el sentido de desarrollo de aplicaciones. Son más amplios que eso. Algunos ejemplos podrían ser el aprendizaje automático, la traducción automática de idiomas y el reconocimiento facial. Los impulsores del negocio tienen un impacto directo en la arquitectura; también la afectan indirectamente al ayudar a guiar la formulación de los principios de la arquitectura.
· Principios de la arquitectura: son principios generales que definen lo que constituye una “buena” arquitectura en su empresa. Combinan un conocimiento general de lo que constituye una buena ingeniería con los impulsores del negocio de la empresa.
· Tendencias tecnológicas: no hay que estar a la moda, pero sí hay que reconocer cuándo una tendencia en el mercado tecnológico externo invalidará algunos componentes de su arquitectura técnica, o podría crear una oportunidad para hacer algo diferente y mejor.
Bloques de construcción de la arquitectura técnica
La arquitectura de TI está estratificada y segmentada. Se compone de aplicaciones, datos y tecnología. Si se desglosa, se compone de:
· Aplicaciones: la cartera de programas de software que los usuarios de la empresa utilizan para hacer su trabajo. La capa de aplicaciones se divide en tres subcapas:
· Sistemas de registro: las aplicaciones y conjuntos de aplicaciones que sirven como fuente autorizada de información y lógica empresarial.
· Integración y sincronización: las interfaces entre aplicaciones que garantizan que las aplicaciones cuyos datos y lógica empresarial se solapan coincidan entre sí.
· Aplicaciones satélite y API de integración. Por sí mismos, los sistemas de registro pueden ser formas poco manejables de abordar todas las oportunidades de automatización que necesitan los distintos grupos empresariales. A veces es mejor implementar aplicaciones especializadas que se conectan a los sistemas de registro, ya sea directamente a través de la subcapa de integración o a través de APIs expuestas por la capa de integración que proporcionan una visión integrada e idealizada de los datos subyacentes y la lógica empresarial.
· Datos: las TI proporcionan capacidades para gestionar dos tipos de información: estructurada, es decir, datos cómodamente representados en tablas y formularios; y no estructurada, es decir, contenidos y documentos de naturaleza más libre. Por cierto, los usuarios empresariales nunca interactúan directamente con datos de ningún tipo. Interactúan con aplicaciones que lo hacen con repositorios de datos, ingiriéndolos, gestionándolos y representándolos.
La capa de datos abarca sólo los datos en sí, no los SGBD, los sistemas de gestión de contenidos (CMS) y los sistemas de gestión de documentos (DMS) que los contienen.
· La tecnología, que consta de dos subcapas:
· La infraestructura y las instalaciones, que abarcan el propio centro de datos (incluso si se ha pasado a la nube completa, hay un centro de datos al acecho en alguna parte); las redes; los servidores, ya sean físicos o virtuales; el almacenamiento, ya sea SAN, NAS o de conexión directa; además de las herramientas de supervisión, gestión y administración de sistemas, cosas así.
· Plataformas: el software sobre el que se construye y ejecuta todo en las capas superiores, incluidos los sistemas operativos de los servidores, los lenguajes y entornos de desarrollo, los DBMS, CMS y DMS, y los buses de servicios empresariales (ESB) y los sistemas de integración equivalentes.
Normas
Como resultado de la evaluación de la tecnología de la información desplegada en las carteras de aplicaciones, datos y tecnología, el departamento de TI establece normas, es decir, directrices a las que deben ajustarse las carteras. Las normas se dividen en dos categorías:
· Normas de producto: los productos específicos aprobados para su uso en la prestación de cada capacidad de TI. MS Word, por ejemplo, es el estándar de procesamiento de textos para la mayoría de las empresas hoy en día. Las aplicaciones, los repositorios de datos y las tecnologías que se utilizan, pero cuyo uso no está aprobado infringen un estándar de producto arquitectónico.
· Normas de ingeniería. Además de los productos específicos, la arquitectura técnica también consiste en formas aprobadas de estructurar sus diversos componentes. Por ejemplo, la mayoría de las tiendas de TI considera que la normalización es su forma estándar de organizar los datos estructurados. Muchas están en proceso de establecer los microservicios como su forma estándar de organizar la lógica de la aplicación.
-Bob Lewis, IDG.es