Appgate dio a conocer los resultados de su encuesta “Faces of Fraud 2021: Habilitando la confianza digital en un panorama de fraude conectado”, donde examinó las principales formas de fraude que afectan a los servicios financieros en la actualidad y cómo las empresas pueden actuar de manera eficiente en este contexto.
Los siete principales hallazgos que se identificaron en dicho estudio realizado a las instituciones financieras del continente de cara a la mitigación del fraude, fueron los siguientes:
- La influencia del Covid-19: el 51% de los encuestados declaró que hay una mayor aceptación a la necesidad de implementar controles antifraude en las soluciones orientadas a clientes y el 78% dijo que estas medidas son una de las necesidades principales que los usuarios esperan para el uso de plataformas digitales seguras.
- Entorno vulnerable: al identificar y mitigar el fraude, seis de cada 10 encuestados se califican a sí mismos como “por encima del promedio”; pero un 50% indicó que los estafadores tienen demasiada información válida de sus clientes al alcance de la mano; el 55% mencionó que sus socios carecen de conciencia suficiente para protegerse de esquemas de fraude de ingeniería social y el 38% que los esquemas de ataque y vulneración evolucionan demasiado rápido para seguir su ritmo.
- Incidentes en el canal móvil: un 41% identificó un aumento de incidentes de fraude a través del canal móvil (adquisición de cuentas, identificación sintética, etc.); un 23% reconoció un aumento en la creación de cuentas fraudulentas (incorporación de clientes) a través de este mismo canal y un 19% identificó ataques mediante SMS con enlace malicioso.
“Los dispositivos móviles han jugado un papel relevante en la transformación digital impulsada por la pandemia, por esta razón no es de extrañar que las organizaciones hayan experimentado incidentes de fraude relacionados al canal digital durante este periodo”, indicó Nicole Ibarra, product marketing manager de Appgate.
- Aumento del fraude y pérdidas financieras: el número de incidentes cibernéticos aumenta cada año, y un 81% de los encuestados afirmó que el número de incidentes de fraude que involucran a su organización se ha mantenido estable o ha aumentado durante el 2021. Tan solo el 10% de los encuestados percibió una disminución. En cuanto a pérdidas financieras el 59% dijo que éstas han aumentado o mantenido estable, mientras que únicamente el 22% de las organizaciones vio una disminución.
“El fraude es más que la cantidad de incidentes y pérdidas reales de dinero, también se trata de las pérdidas no financieras que se dan por incidentes de fraude donde históricamente la ‘pérdida de productividad’ representó un 55% sobre el impacto no financiero que han afectado a los encuestados”, resaltó Ibarra.
- Barreras que impiden la prevención: según el reporte los tres principales factores que limitan la dinámica antifraude en el sector financiero son:
- Manuales: el 51% de las organizaciones depende en extremo de los procesos manuales en lugar de sistemas automatizados, lo que perjudica la capacidad para responder en tiempo real a los ataques.
- Técnicas: el 46% de los controles no se comunican debidamente entre las diferentes partes de la organización.
- Experiencia del cliente: el 42% mostró que no consideran prioritario agregar un nuevo control antifraude que obstaculice de alguna manera el proceso y experiencia con el usuario.
- Apuesta tecnológica: en los próximos 18 meses, el 41% de las organizaciones enfocará su inversión en tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) y aprendizaje automático; un 31% en autenticación de múltiples factores (MFA), 27% en la supervisión de transacciones, 27% en sistemas de detección y seguimiento de fraude.
- Presupuesto para 2022: de las organizaciones encuestadas, un 3% proyecta una disminución del presupuesto para prevenir el fraude. El resto espera un financiamiento nivelado o aumentos presupuestarios, y el 39% espera que el presupuesto aumente entre 1 y 5%.
Para David López Agudelo, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Appgate: “en los últimos meses las dinámicas de interacción evolucionaron de formas que nunca imaginamos y la fuerza laboral cambió al adoptar modelos como el teletrabajo; sin embargo, durante este tiempo la economía del fraude no se vio afectada, los estafadores no interrumpieron sus acciones durante la pandemia y tampoco experimentaron pérdidas de puestos de trabajo. El fraude se ha convertido en un gran negocio y como muestran los resultados del informe, esta actividad para los cibercriminales es muy rentable”.