Prueba y error. Arriesgarse, intentar, repetir y aprender. Al inventar el foco de luz, Thomas Alva Edison descubrió también 2,000 formas de no crearlo, este es quizás el ejemplo más claro y famoso de los avances en la historia de la humanidad basados en la prueba y el error. Más de cien años después, el proceso sigue siendo similar: surge una idea y se recae en la prueba y error para poder llevarla a cabo. ¿Qué cambió en todo este tiempo? La automatización.
A través de la historia hemos desarrollado la habilidad de mejorar procesos y, gracias a ello, avanzar a las siguientes generaciones. El descubrimiento del fuego provocó que los humanos pudieran cocinar sus alimentos, reduciendo los parásitos y patógenos que se encontraban en los alimentos crudos; pero también brindando la posibilidad de instalarse en un mismo lugar a pesar de las estaciones climáticas. La penicilina redujo las infecciones y salvó incontables vidas durante la Segunda Guerra Mundial. Pero fue la Revolución Industrial el motor que lo impulsó todo, el primer paso hacia la verdadera automatización de procesos.
Así como la historia confió en la automatización para dar el siguiente paso evolutivo, en Red Hat vemos en la automatización de TI el camino hacia la transformación digital y la industria 4.0. Las exigencias de la industria y los cambios a los que se enfrenta de una forma cada vez más acelerada, obligan a las empresas a adoptar transformaciones y agilizar procesos.
Al adentrarse en esa vorágine, las personas deben resolver un mismo problema una y otra vez, cayendo en una rutina.
¿Qué ocurre cuando resolvemos el mismo problema, de la misma forma y siguiendo los mismos patrones? Se incurre en el error y se frena el avance real.
Son esos errores, de los cuales ya aprendimos, los que queremos evitar y de esa forma optimizar procesos y ahorrar tiempo a la vez que se innova en perspectiva de desarrollo y seguridad operativa.
La automatización es considerar todas las áreas, operativas (cloud, redes, seguridad), el desarrollo y el cross con los procesos. Es construir un proceso complejo e integral que logre eliminar el peso de pensar constantemente en las tareas monótonas y repetitivas que se deben llevar a cabo en el día a día. Nos permite hacer foco en la meta basándonos en el sistema operativo y el servicio final al apoyarnos en la AI que ha servido para distinguir problemas y que cuenta con la misma automatización para resolverlos. Todo ello, con la menor intervención humana posible.
Hay mucho que podemos aprender sobre los errores del pasado, pero es momento de avanzar hacia el futuro y poner la atención en lo que nos queda por descubrir.
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El autor de este artículo, Roberto Calva García, es Management & Automation Business Development Manager, Red Hat Latin América.