El actual escenario bélico afectará sin duda a la demanda global de TIC en los meses y años venideros. Esta es la principal conclusión a la que la consultora IDC ha llegado tras medir el pulso de los CIO de diferentes sectores económicos a nivel global.
A pesar de que el gasto TI en Rusia y en Ucrania apenas representa el 1% del global y el 5.5% del europeo, el impacto de la guerra afectará de muchas maneras a la economía global en general y al sector de TI en particular. El informe ha enumerado las principales consecuencias que se derivarán de esta guerra y que redundan, principalmente, en el aspecto económico.
La consecuencia más inmediata será la contracción del mercado TI local, que caerá a doble dígito este año. Además, el incremento en el precio de la energía que ya se está evidenciando obligará a muchos países a acelerar los esfuerzos para reducir su dependencia de algunas fuentes energéticas.
Las sanciones económicas impuestas están dificultando el acceso al crédito a muchas organizaciones, que se han visto forzadas a suspender sus inversiones en tecnología. Además, y ante la escasez de dinero en circulación, los usuarios también están teniendo dificultades para comprar bienes tecnológicos. La dinámica del canal de suministro también se verá afectada por las restricciones en la exportación e importación de materiales que se utilizan especialmente para la fabricación de semiconductores.
Otra de las consecuencias que cita el documento tiene que ver con el capital humano de las empresas TI. Más de 100 compañías han instalado subsidiarias en Ucrania y muchas de ellas también tienen presencia en Rusia. El conflicto, que ya ha desplazado a miles de desarrolladores en el país ucraniano, también ha provocado la reubicación de algunos servicios y obligado a las empresas a evaluar sus planes de expansión.
Estas no serán las únicas consecuencias, advierten los expertos. La especulación y la volatilidad en los mercados de valores, el riesgo de ciberataques y de una ciberguerra y la creación de nuevos negocios y alianzas científicas para reemplazar las desaparecidas serán algunas de las consecuencias visibles en el medio y largo plazo.
-IDG.es