Un Santa Claus virtual llegó esta Navidad. La realidad virtual permite elegir los regalos usando lentes especiales para “tocar” en el aire aquello que deseamos comprar. Se olvidaron las cartas de papel, las envolturas de paquetes. Los mensajes de bondad y buenos deseos pasaron a ser cosas del pasado. El Santa virtual llegó para quedarse.
Si bien el Santa virtual tiene muchas ventajas, no sólo la compra en línea de regalos, como el poder comunicarse con video mediante llamadas con familiares en otros países; monitorear el avance del Santa desde el Polo Norte hasta el hogar; impulsar las buenas obras mediante donaciones online; enviar mensajes personalizados e incluso promover o recolectar fondos para niños usando las redes sociales, entre muchas otras actividades que antes no habrían podido realizarse sin el apoyo de la tecnología.
El Santa virtual es un complemento de la tradición navideña. Si bien, esta “tradición” se ha volcado en un consumismo sin precedentes, un despilfarro de recursos, el uso de la tecnología lo ha impulsado y dinamizado aún más. ¿Qué podemos hacer?
Una posible respuesta es encontrar un equilibrio entre el espíritu de la fiesta, que más allá de comercializar (vender y comprar) la felicidad, es extenderla en las demás personas. Los actos de bondad, de perdón y de compartir deben privilegiarse sin importar si se utiliza o no la tecnología para ello. Ésta debe ser una herramienta, una extensión que nos permita alcanzar a más personas, aumentar los buenos deseos y el amor usando las tecnologías.
Lo opuesto es que las tecnologías (Internet, las redes sociales) nos utilicen y controlen para fomentar un consumo vacío, superficial y vano que pierda la esencia del espíritu de Santa Claus y de la Navidad.
Además de lograr un equilibrio en el uso y disfrute de la tecnología, es importante que el Santa Claus virtual no se convierta en una pesadilla del fraude virtual. Los hackers y estafadores están a un clic de distancia. Las precauciones, las “señales” de peligro están presentes.
Mientras la Navidad digital nos llega, sólo nos resta esperar el día y la hora de dar y recibir, equilibrando la tecnología y permitiendo que la bondad llegue a nosotros. ¡Feliz Navidad 2023!
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.