Mantenerse a la vanguardia es un factor fundamental en la competitividad de las empresas, por lo que, las organizaciones tienen que adaptarse constantemente a nuevos paradigmas y lenguajes tecnológicos. La digitalización ha hecho de las soluciones y servicios en la nube una necesidad para los negocios haciendo relevante evolucionar y contar con aplicaciones y tecnologías que faciliten el día a día de empleados, líderes, clientes y una amplia variedad de perfiles de usuarios.
Esta demanda pone foco en la importancia de contar con sistemas operativos constantemente actualizados, reformulando como la industria opera y resuelve la deuda técnica, es decir, la curva de adaptación a nuevas tecnologías, disminuyendo el riesgo al éxito y la inestabilidad de cualquier organización, es por esto que, la implementación de una estrategia de modernización de aplicaciones reduce los silos operativos, potencia la agilidad empresarial y optimiza los costos de mantenimiento.
Frente a este escenario, DXC Technology nos comparte algunos factores claves para alcanzar los objetivos de modernización empresarial de manera exitosa:
1 – Modernización más allá de la tecnología
Las iniciativas de modernización se han percibido como un desafío tecnológico, en el que muchas empresas intentan y fracasan a la hora de completar sus proyectos. Sin embargo, para que la modernización sea exitosa implica contar una buena planificación donde se incluya la cultura organizacional, la gestión del cambio, el control de costos y las relaciones comerciales, teniendo en cuenta las necesidades de negocio actuales y anticipando las futuras.
2 – Evaluación y prioridades
Ningún proceso de modernización es igual, las empresas deben primero identificar el sistema y aplicaciones con las que se cuentan para alinearse con las expectativas y los objetivos del negocio.
3 – La metodología es clave
Lo ideal en un proceso de modernización de aplicaciones es invertir en fábricas de modernización que se guíen con metodologías y lenguajes que se pueden ajustar a los planes y requisitos en función a la retroalimentación con solución rápida y flexibles por medio de la colaboración entre los equipos de desarrollo, operaciones y seguridad a través de herramientas automatizadas que se despliegan rápidamente en producción.
La modernización de aplicaciones es en esencia un proceso de mejora continua antes que una transformación radical.
Una de las ventajas clave es su capacidad para automatizar procesos y simplificar tareas rutinarias con la que libera tiempo y recursos que pueden ser redirigidos hacia actividades más estratégicas permitiendo una mayor precisión en las operaciones, reduciendo así el riesgo de errores humanos.