México juega un papel importante en el panorama manufacturero mundial, destacándose en diversos sectores como el automotriz, electrónico, textil y alimentario. Se encuentra entre los diez principales fabricantes de vehículos del mundo, según el informe 2022 de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motorizados (OICA), lo que nos coloca en una buena posición para impulsar la Manufactura Inteligente.
La industria manufacturera mexicana, basada en los recursos naturales y el mercado laboral del país, se ha convertido en un importante motor de su economía, catapultando a México como la 14ª economía más grande del mundo según la clasificación de 2022 del Banco Mundial.
Además, la proximidad de México a Estados Unidos, combinada con acuerdos comerciales beneficiosos como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo ha convertido en un centro manufacturero atractivo para muchas corporaciones multinacionales. Esta ventaja geográfica estratégica (que conecta América del Norte y del Sur) permite a México mantener relaciones comerciales sólidas y fortalecer su posición en las cadenas de suministro internacionales.
Debido a este panorama esperanzador, la manufactura inteligente parece ser una estrategia cada vez más atractiva para la industria mexicana en general.
La implementación de sistemas de hardware y software que, además de recopilar datos valiosos para los procesos productivos, logran conectar elementos clave como maquinaria, programas, sensores, transporte e incluso capital humano que opera la infraestructura, lo cual es parte del camino que las corporaciones mexicanas han iniciado hacia la transformación digital.
Entre los beneficios que ofrece en comparación con un sistema de producción un poco más “tradicional” o manual se encuentran:
- Aumento de la calidad. La digitalización reduce las posibilidades de errores y fallas humanas, ya que los gerentes tienen datos precisos sobre todas las temporadas y la ruta de fabricación de un producto a mano. Además, se pueden realizar modelos de previsualización del producto para evaluar y evitar errores antes de iniciar su fabricación.
- Reducción de costos. Otra ventaja es que las fábricas inteligentes pueden predecir y resolver problemas de mantenimiento de la maquinaria, por lo que hay margen de maniobra para evitar interrupciones en la producción. En este sentido, se dispone de una imagen en tiempo real de la cadena de suministro para una gestión eficaz tanto de la demanda como de la cantidad de insumos.
- Aumento de la productividad. La gestión y el análisis adecuados de los datos proporcionan estadísticas en tiempo real de los procesos de producción, lo que facilita a los gerentes ajustar la planificación y mejorar la productividad. En otras palabras, tener procesos automatizados hace que la fuerza laboral se aleje de las tareas manuales y se centre en tareas de valor agregado.
- Eficiencia energética. La fabricación inteligente tiene un impacto significativo en temas de sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono, ya que permite el uso de los insumos estrictamente necesarios para desarrollar un producto, ya que se mitigan las pérdidas o desperdicios. Además, genera un ahorro energético, ya que los tiempos efectivos de producción no se alargan en comparación con metodologías mucho más manuales.
¿Y, el desarrollo del talento?
A pesar de los beneficios latentes que tiene la manufactura inteligente, una de las preocupaciones latentes está relacionada con la escasez de personal calificado en tecnología en América Latina.
El Banco Interamericano de Desarrollo realizó una encuesta a 718 gerentes latinoamericanos, que reveló que el 51% de ellos reconoció tener un severo déficit de habilidades de profesionales en análisis de datos, mientras que el 40% identificó una falta de preparación en torno a los temas de programación y desarrollo de software.
Por ello, EY GDS México apuesta por el desarrollo de talento para ofrecer a este sector nuevos conocimientos y soluciones relacionadas con el aprendizaje automático (conocido también como machine learning), los gemelos digitales (data, analítica avanzada e IA generativa), la realidad aumentada y la robótica, con conocimientos adicionales en el internet de las cosas, cadena de suministro (blockchain), la nube y ciberseguridad.
Se trata de contar con equipos preparados para el futuro que puedan adoptar y utilizar esta tecnología en rápida evolución de forma estratégica y holística, así como de forma ética, fiable y responsable.
“La tecnología ha venido generando cambios en sectores clave como la banca, la construcción, el comercio electrónico, las telecomunicaciones, la automotriz y la manufactura. Sin embargo, si bien debe prevalecer la inversión en soluciones tecnológicas, es importante desarrollar el capital humano necesario para llevar a la industria manufacturera a otro nivel en beneficio del mercado nacional y externo”, afirmó José Luis Guasco, Líder de Consultoría, EY GDS México.