No importa la edad ni la profesión, prácticamente todos conocen a alguien que ha sido estafado o ha estado cerca de serlo. Nadie está exento. Los estafadores son como fantasmas, vampiros y zombies que aparecen de la nada, listos para devorar los ahorros y la confianza de sus víctimas.
“Hoy en día, cualquier persona puede ser defraudada si no se mantiene alerta. Conocer el modus operandi de los delincuentes permite anticipar sus movimientos y evitar caer en el engaño. La prevención es clave para proteger no sólo los bienes materiales sino también nuestra integridad física”, explicó Fátima Herrera, product manager de Klibu, plataforma que ayuda a los usuarios a saber con quién hacen negocios para que tomen mejores decisiones.
Para celebrar Halloween y tomando en cuenta lo anterior, Klibu nos contó tres historias de estafas de la vida real que algunos de sus clientes han vivido y que parecen sacadas de una película de terror.
- Compradores vampiro o el secuestro que nadie vio venir
Como cada lunes, la socia de una agencia inmobiliaria se dirigió a mostrar una lujosa residencia a unas personas que supuestamente estaban interesadas. Lo que parecía un día normal terminó convirtiéndose en una pesadilla. Aquellas personas con las que se había citado no eran lo que decían ser, eran delincuentes y su verdadera intención no era comprar la casa, sino secuestrar a la agente. Aunque la socia logró regresar sana y salva, las pérdidas materiales fueron millonarias.
Ahora, la agencia realiza una investigación para confirmar que los interesados en las propiedades son quienes dicen ser antes de mostrarlas, nunca van solos a las citas, comparten su ubicación y siempre informan cuando comienzan y terminan su recorrido. En un mundo lleno de vampiros secuestradores es mejor estar preparados que ser sorprendidos.
- El departamento fantasma o rentar sin caer en estafas
Una diseñadora que planeaba pasar una temporada en la Ciudad de México encontró el departamento perfecto en internet: Ubicación ideal, precio accesible y la dueña, una mujer encantadora. Demasiado bueno para ser real.
La estafa fue sencilla, la dueña le pidió un anticipo para alquilarle el departamento, pues otra familia también estaba interesada. La jóven, confiada, hizo la transferencia. Cuál sería su sorpresa, cuando al llegar al lugar, una señora mayor le abrió la puerta y le informó que el lugar no se rentaba.
Le habían alquilado un departamento “fantasma”, como si fuera una trampa de espectros esperando a su próxima víctima. A ella y a otras cinco personas más los habían engañado. Desde esa experiencia, la joven diseñadora aprendió a no hacer anticipos sin comprobar la autenticidad del inmueble, confirmar la identidad del arrendador y no firmar nada sin antes recibir las llaves. Así, evitó convertirse en la protagonista de su propio cuento de terror.
- El empleado zombie o un currículum terrorífico
Esta historia le sucedió a una empresa familiar muy pequeña que para contratar personal se guiaba por la buena fe y la intuición. Nada sería igual, luego de que contrataran a una empleada con un currículum impresionante. Sin imaginar que detrás había un zombie esperando devorar el cerebro de la empresa.
Así es, esa empleada que parecía brillante resultó ser como un zombie: estaba “viva” solo en apariencia, haciendo lo mínimo necesario para que pensaran que cumplía con su trabajo. Solo “cobraba vida” cuando, al ser despedida, procedía a demandar a la empresa, al menos, eso escuchó un compañero.
La empresa se puso a investigar y descubrió que el 40% de los empleos en su currículum eran falsos y, además, tenía un historial de demandas larguísimo. Tras este escalofriante descubrimiento, la empresa decidió despedirla.
Desde ese día, han aprendido a verificar antecedentes y referencias para asegurarse de que sus futuros empleados no sean otro zombie laboral.
Para Patricia Montes, Investigadora de Klibu estas historias de terror les enseñan a las personas que la mejor defensa contra los estafadores es ir siempre un paso adelante.
“Así como en las películas de Halloween, los personajes investigan qué fantasmas acechan, nosotros debemos hacer lo mismo con las personas que tratamos. Es esencial asegurarnos de que realmente existen y que la información que ofrecen es verdadera. Hay herramientas diseñadas para asistir una investigación profunda e investigar si las personas con quienes hacemos negocios son quienes dicen”, concluyó Patricia Montes, Investigadora de Klibu.