Este tipo de software puede aparecer en prácticamente cualquier lugar de la Web. Generalmente, las alertas aparecen como una llamativa ventana mergente que parece algún tipo de analizador de virus. A menudo es prácticamente imposible evitar que salten estas ventanas. Por supuesto, el análisis engaña asegurando haber encontrado problemas y que la única forma de resolverlos es facilitar el número de una tarjeta de crédito y pagar por el falso programa.
Con frecuencia, la descarga resultará una decisión equivocada. En el mejor de los casos, el software será ineficaz. En el peor, “puede introducirá virus, troyanos y keyloggers en el ordenador del usuario”, advirtió IC3.
Los creadores de este tipo de programas (scareware) han llegado a anunciar sus desarrollos en redes de publicidad legítimas. El New York Times desplegó el pasado septiembre anuncios de antivirus falsos cuyo autor era un estafador que se hacía pasar por empleado de Vonage.
IC3 recomienda a los usuarios que se vean sorprendidos por estos anuncios de antivirus cerrar inmediatamente sus navegadores y después ejecutar un antivirus confiable para comprobar lo que está ocurriendo.