Con el fin de permitir el crecimiento de Banco Azteca a través de nuevos proyectos, hace 10 meses, Juan Arévalo Carranza, Director General de Sistemas, inició una estrategia de virtualización de hardware, redes y todas las aplicaciones con tres proveedores: VMware, Citrix y Red Hat.
“La problemática que teníamos era que el centro de cómputo estaba llegando al límite de su capacidad de utilización en cuanto a espacio y consumo de energía eléctrica: no había forma de escalar nuevos equipos para nuevos negocios. Retiramos servidores, pasamos de 400 a 20 servidores físicos que nos permiten tener 100 ó 200 máquinas virtuales para dar servicio a diferentes aplicaciones”.
La virtualización de aplicaciones, las cuales se encuentran unas en Windows y otras en Unix, inició con las aplicaciones más críticas como las de crédito. “Buscábamos un mejor ‘performance’ de la aplicación y una mayor utilización de los equipos. Actualmente se han virtualizado el 50% de las aplicaciones y comenzó la virtualización de una sucursal”.
En cuanto a los beneficios de la virtualización, ennumeró: hacer más negocio, ahorro en consumo de energía, reducción servicios de mantenimiento, mejores controles hacia las aplicaciones y mayor seguridad.
“Además, estamos rediseñando nuestras aplicaciones de monitoreo con base en procesos, para que identifiquemos rápida y eficientemente cualquier problema y saber qué impacto tiene en el negocio. Esto nos permite tener mejores tiempos de respuesta, mayores niveles de servicios para los clientes, un entendimiento completo del negocio a través de los procesos, ser más proactivos, y mejora en las aplicaciones en cuanto a su diseño y programación (el esquema anterior estaba basado en pantallas –aplicaciones puntuales– que no daban una visión del proceso en general)”.