El crecimiento de los teléfonos inteligentes en América Latina brindará el ecosistema perfecto para el crecimiento de la banca móvil, lo que permitirá a los operadores ofrecer a sus clientes nuevos servicios de valor agregado, reducir la tasa de desconexión y aumentar las ganancias, según un nuevo informe de Pyramid Research.
El informe “Smartphones and 3G to Create Mobile Banking Opportunity for Network Operators” (Los teléfonos inteligentes y la 3 generación [3G] crearán una oportunidad de banca móvil para los operadores de redes) analiza las oportunidades que la banca móvil creará para los operadores móviles y bancos en América Latina. También examina algunos modelos comerciales bajo los que la banca móvil se puede desarrollar: bancos, por su lado, y modelos híbridos en los que bancos y operadores trabajan uno junto al otro. Por último, el informe también advierte contra los peligros de una regulación pobre para el futuro de la banca móvil.
América Latina presenciará un crecimiento considerable en redes de tercera generación (y superiores) y en el extendido uso de los teléfonos inteligentes. “El 8.6% de todas las unidades nuevas vendidas en América Latina en 2010 serán teléfonos inteligentes”, dice David Noe, Analista Senior de Pyramid Research. “Este porcentaje crecerá drásticamente durante el período de análisis. Estimamos que casi un tercio (32.2%) de los nuevos aparatos vendidos para el 2014 en América Latina serán teléfonos inteligentes”, agrega Noe.
Pyramid Research también pronostica que la banca móvil en América Latina crecerá entre los usuarios de ingresos medianos a elevados, que tienen buen manejo de la tecnología con aparatos más avanzados. “Estas condiciones crearán nuevas oportunidades comerciales para los operadores de redes móviles (MNO) y bancos, que podrán ofrecer servicios de banca móvil a sus clientes”, dice Noe.
El mayor uso de teléfonos inteligentes dará un mayor acceso a mejores servicios de banca móvil, y los bancos no se perderán la oportunidad. Pero es importante que los bancos y los operadores no apliquen un enfoque generalizador cuando desarrollen sus productos de banca móvil. “Las necesidades, capacidades de teléfono móvil y niveles de educación de los usuarios finales varían enormemente”, señala Noe.