La Comisión Europea ha aprobado un plan para limitar el acceso de los países ajenos a la Unión Europea (UE) a los datos de los pasajeros de aerolíneas que vuelan por Europa. Además, pretende utilizar el plan en sus negociaciones con Estados Unidos, Australia y Canadá.
La propuesta aprobada por la Comisión Europea afecta a la gestión de los registros de nombres de pasajeros (PNR), en los que se incluye toda la información que las aerolíneas recogen sobre sus pasajeros.
Las actuales leyes de protección de datos de la UE no permiten a las líneas aéreas de la UE transferir datos PNR a terceros países sin un acuerdo legal vigente que asegure la privacidad de la información. En estos momentos, los acuerdos PNR entre Europa y Estados Unidos, Australia y Canadá están pendientes de firmar, después de que el Parlamento Europeo retrasara en mayo su votación.
Los datos PNR han sido gestionados manualmente por las autoridades policiales de todo el mundo desde hace casi 60 años. Sin embargo, las nuevas tecnologías han hecho que hoy día tal información pueda ser utilizada con muchísima más rapidez y facilidad. Aunque ello supone un enorme beneficio en la lucha contra el crimen, abre la posibilidad al uso inadecuado de los datos personales. Es prevenir este peligro lo que pretende la nueva propuesta, que defiende que los datos PNR nunca deben ser revelados en bloque, sino sólo analizando siempre cada caso.
Además, la Comisión Europea considera que para prevenir que lleguen a desarrollarse perfiles sobre los pasajeros, nunca deberán tomarse decisiones basadas en el procesamiento automatizado de los datos que tengan un efecto negativo sobre los afectados. En este sentido, el brazo ejecutivo de la UE mantiene que antes de negar el embarque a un pasajero debe intervenir siempre un profesional humano.
Por otra parte la propuesta defiende que la información sensible, como etnia, opinión política, creencias religiosas o pertenencia a grupos sindicales debe ser accesible únicamente “en casos muy excepcionales”. Aunque lo cierto es que raramente las aerolíneas recopilan este tipo de datos.
Además, la Comisión exige reciprocidad y que la información sobre terrorismo y graves crímenes transnacionales se comparta con Europol, Eurojust y los estados miembros de la Unión Europea.