La virtualización y consolidación en los grandes corporativos ya es una realidad que, según especialistas, se encuentra en una etapa madura. Sin embargo, ahora el reto está en la administración de los entornos virtualizados y en su convergencia con el cómputo en la nube, donde la evolución conlleve hacia el centro de datos dinámico y las tecnologías de la información (TI) como servicio.
Para Microsoft, la infraestructura ha evolucionado de los centros de datos tradicionales a los centros de datos virtualizados, y, actualmente, comienza una tercera evolución hacia los centros de datos dinámicos, donde están incluidas las nubes públicas y privadas, señaló Alejandro Martínez, gerente de productos de Infraestructura. Por su parte, Juan José Delgado, director de Servidores y Herramientas, agregó que hay tres grandes categorías de servicio en la nube: la infraestructura como servicio, la plataforma como servicio y el software como servicio, que por la misma dialéctica son englobadas en el concepto de TI como servicio.
De hecho, en el mercado de la virtualización en México y América Latina existe una gran oportunidad a juicio de Matt Gharegozlou, director general para América Latina y el Caribe de NetApp, pues menos de 20% de los servidores están virtualizados. Y, advirtió de la estrecha relación que hay entre la virtualización con el cloud computing y el dynamic data center.
En este sentido, Gastón Pernelate, director general en Novell de México, reconoció que la virtualización ya presenta un desarrollo importante: hoy, las empresas están comenzando a adquirir soluciones para administrar las cargas de trabajo virtualizadas, tanto internas como externas (en nubes públicas o privadas).
Por su parte, Zev Woloski, director de ventas de VMware en México, explicó que las empresas adoptan la virtualización en tres etapas distintas: primero, en ambientes de prueba; luego, en ambientes productivos; y la tercera etapa toma como base a la virtualización para proveer servicios de TI a través de la nube.
En contraste, el consultor de la alianza tecnológica VMware de EMC, Aarón Sánchez Delgadillo, afirmó que la virtualización se da en tres fases: en la primera, los clientes hacen una consolidación y empiezan a virtualizar aplicaciones de segunda capa; en la siguiente fase, incrementan el rango de las aplicaciones virtualizadas; y en la tercera fase, se toma en cuenta la visión del cómputo de nube para ofrecer recursos como un servicio.
Reducción de costos y agilidad
Si bien, la virtualización comenzó con la consolidación, que se deriva en ahorros en diferentes rubros, con su evolución ha generado otros beneficios a las empresas como la agilidad para responder a las necesidades del mercado, coincidieron los ejecutivos que charlaron con CIO México.
“Cuando hablamos de virtualización, encontramos beneficios en tres áreas: en la financiera, porque reduce el costo de CapEx y de OpEx, al hacer la consolidación en menos servidores hay menor inversión y todos los costos asociados a la operación de esos servidores también se reducen; en la parte del capital humano, se aumenta la productividad del área de TI pues al automatizar procesos, el equipo de TI de las organizaciones puede focalizar su tiempo a ayudar al negocio y no a soportar la infraestructura; y ahorro de energía, ya que se reduce su consumo, las emisiones, el espacio y la infraestructura necesaria para enfriar el centro de datos”, detalló Woloski de VMware.
Pernelate de Novell coincidió en que la virtualización permite la reducción de costos de servidores físicos y de energía, y agregó que se pueden obtener otros beneficios con una solución para administración de cargas de trabajo virtualizadas. “Se puede tener una capa de administración homogénea para los diferentes ambientes de hipervisores a través de la cual creamos y administramos las cargas de trabajo y, además, medimos su desempeño y el nivel de servicios que están proveyendo; inclusive, apoya en temas de recuperación de desastres o alta disponibilidad”, añadió.
Al respecto, Matt Gharegozlou de NetApp dijo que “los beneficios son la protección de las inversiones y la posibilidad de tener una tecnología unificada de almacenamiento, que requiere 50% menos discos”.
“La virtualización es la forma más rápida de reducir los costos de operación. Dos ventajas adicionales son la agilidad en el negocio y la flexibilidad, ya que se pueden generar rápidamente nuevos equipos cada uno con su aplicación”, agregó Alejandro Martínez de Microsoft.
Por su parte, Aarón Sánchez de EMC explicó que al consolidar, los clientes logran reducir el área del centro de datos, el número de equipos o servidores físicos, así como el consumo de energía. El hecho de virtualizar aplicaciones de segunda capa permite, por un lado, incrementar los niveles de servicio para los clientes internos y externos, da la flexibilidad de transformar ciertas necesidades y automatizar procesos. En tanto, la virtualización de aplicaciones de misión crítica les ayuda a “ofrecer los recursos como un servicio para poder acelerar las características del cómputo de nube”, apuntó.
El camino hacia la nube
“La virtualización es la base para construir el cómputo en la nube”, afirmó el directivo de NetApp. Bajo esta premisa y con el conocimiento de que varios corporativos ya trabajan con tecnología de virtualización, citó predicciones de IDC en el sentido de que en los próximos dos años en América Latina y México el ‘cloud computing’ “va a llegar fuerte en términos público y privado”.
El director de VMware determinó que el objetivo final de la virtualización es darle agilidad a las empresas, y esto se logra mediante una infraestructura de nube –ya sea pública o privada– la cual es flexible y elástica, para “dar a las aplicaciones la capacidad de cómputo que necesita por el tiempo que lo necesitan”. Esto lo definió como IT as a Service. Asimismo, aseveró que “a través de la tecnología de virtualización se llega a una visión de cómputo de nube, que permite a las empresas llegar al siguiente nivel de ofrecer sus recursos como un servicio”.
Al hablar de la nube, Delgado de Microsoft, dijo que se puede ir a ésta en el momento y grado que se desee, aprovechando la virtualización; e incluyó como requisito el tema del centro datos dinámico, que se refiere a “poder generar equipo adicional o reducirlo, según sea necesario. La nube privada da la ventaja de poder administrar todo esto a través de una consola y obtener alta disponibilidad para mantener la operación del negocio”.
Por otro lado, el especialista de Novell reiteró que actualmente el tema de la administración inteligente de las cargas de trabajo en la nube está siendo reconocido por las empresas como una necesidad, y están iniciando la adopción de este tipo de soluciones, para asegurar que el crecimiento sea administrado de la manera más optima, más eficiente y más económicamente posible. “Además, porque incluye la noción de identidad y políticas de seguridad”, puntualizó.
Finalmente, los entrevistados aseguraron que en México la mayor parte de las empresas ya han pasado por la etapa de consolidación y han virtualizado aplicaciones de primera capa; otras tantas, principalmente los grandes corporativos o empresas trasnacionales, están virtualizando aplicaciones de misión crítica y se dirigen hacia la nube.