Si usted es uno de los muchos desafortunados que tienen un jefe difícil, tal vez crea que sus únicas opciones son encontrar un nuevo empleo o seguir soportando las estupideces de ese dictador corporativo.
De hecho, los empleados no tienen que sufrir por las acciones que cometen los jefes difíciles, como el abuso verbal, la vigilancia cercana o tener que cubrir sus errores, por nombrar algunos. Los expertos en administración aseguran que los empleados tienen mucho más poder de domar a un jefe tirano de lo que piensan.
Tratar de aplacar a la fiera que el jefe lleva dentro es un movimiento inteligente, asegura Bob Hewes, socio de la firma de desarrollo de liderazgo Camden Consulting Group. Ya que invertimos tantas de nuestras horas de vigilia en el trabajo y porque nuestra compenetración con nuestro jefe es una de las relaciones más estrechas además de las familiares, nuestro interés es tratar que funcione.
“Lograr que esa relación funcione mejor hace que todos tengan más éxito”, afirma Hewes. Además, añade, “saber cómo trabajar con gente difícil lo hace a usted un mejor empleado y un mejor ejecutivo”.
A través del reforzamiento positivo, los mecanismos formales de retroalimentación de recursos humanos y las conversaciones directas con el jefe, los empleados pueden reformar y refinar a un jefe tirano. Estos son los ocho consejos para hacer más soportable a un jefe insoportable.
1. Deje de reforzar el mal comportamiento del jefe. Aubrey Daniels, consultora en administración dice que a menudo los empleados refuerzan sin advertirlo el comportamiento de un jefe malo. Por ejemplo, si al jefe le gusta hacer chistes “subidos de tono”, los empleados refuerzan ese comportamiento cuando se ríen de esos chistes”, asegura Daniels.
Algunas veces los jefes pueden hacer comentarios inapropiados para hacerle perder los estribos a los empleados, de modo que si el jefe dice algo que le ofenda, demostrar que lo ha logrado hará que se siga comportando igual”, agrega Daniels.
Es mejor ignorar los comentarios que le molestan. “Ignorar elimina el reforzamiento, y al hacerlo reduce ese comportamiento”, afirma Daniels.
2. Genere un comportamiento positivo. Ignorar el mal comportamiento de su jefe es un paso para hacer que cuide sus actos. Es igualmente importante reconocer un comportamiento positivo que reemplace al negativo.
“Si usted sólo ignora el mal comportamiento, puede desaparecer, pero la probabilidad de que otro mal comportamiento lo reemplace es alta porque hay más formas de hacer las cosas mal que hacerlas bien”, señala Daniels.
3 Muestre empatía a su jefe. Si recibe poco reconocimiento de su jefe, imagine cuánta menor apreciación podría estar recibiendo él de su jefe inmediato. Desafortunadamente, él podría estar replicando con usted el mismo estilo de gestión contraproducente que su jefe emplea con él.
O tal vez su actitud se deriva de un matrimonio que ha fracasado, de problemas financieros o de hijos conflictivos. Tal vez esté llevando su presión personal al trabajo, asegura Jim Finkelstein, CEO de FutureSense, una consultora en desarrollo organizacional.
“Cuando intervenimos, buscamos entender por qué el individuo se está comportando de cierta manera”, señala. “Un poco de empatía puede convertir el mal comportamiento en cooperación”.
Finkelstein recomienda a los empleados acercarse de forma delicada pero directa al jefe para averiguar por qué reacciona de forma agresiva. Un empleado podría decirle al jefe: ‘Se ve muy estresado. ¿Hay algo que le esté molestando con lo que yo pueda ayudarle?’
El jefe podría responder, dice Finkelstein, “Me alegra que preguntes. Sólo tenme paciencia. Estoy pasando por una época difícil”.
4. Busque a la gente que rodea a su jefe. Por lo menos una persona de su organización cree que su jefe es agradable. Esta persona puede ser un colega de su equipo o uno de los colegas con el mismo nivel que su jefe. Finkelstein recomienda identificar a esta persona para averiguar lo que usted no sabe.
“Vaya con algún colega de su jefe”, sugiere. “Dígale, ‘Veo que usted se lleva bien con Raúl. Realmente estoy batallando con él. ¿Podrías sugerirme cómo acercarme a él?”
Hewes de Camden Consulting sugiere a los empleados preguntar a alguien en quien confíen cómo interactúa con su jefe y que le dé retroalimentación sobre su interacción. “Usted está tratando de recibir algunas ideas imparciales de alguien que no está vinculado a sus emociones”, dice. “Si usted puede recibir algunas ideas de cosas que usted podría ajustar, eso ayudaría a que la relación mejore”.
5. Resuelva las diferencias de estilo. Tener retroalimentación de sus interacciones con su jefe por parte de un colega en quien confía puede ayudarle a establecer las diferencias que pudieran ser la causa de su conflicto. Por ejemplo, si su jefe se orienta más a los resultados mientras que usted a los procesos, los conflictos abundarán seguramente.
Hewes dice que hay que identificar el modus operandi de su jefe, y enfocarse en darle lo que quiere. Si quiere resultados, dele resultados. No piense en cómo los alcanzó. La mejor manera de saber lo que quiere su jefe es pedirle directamente su retroalimentación sobre cómo prefiere que se le presente la información y las ideas.
6. Encuentre algo que pueda apreciar de su jefe. Su jefe tal vez sea un canalla, pero tal vez también tenga gran capacidad para anticipar los riesgos y los desafíos. Encontrar una calidad que usted realmente aprecie de su jefe “le ayuda a estar más tiempo en el juego”, asegura Hewes, incluso si usted está ahí mientras consigue un mejor empleo.
Felicitar a su jefe por esta cualidad que aprecia podría ayudar a suavizar su caparazón. Sólo asegúrese de que la felicitación sea sincera, pues los jefes difíciles normalmente no son receptivos a los halagos, según Hewes.
Mostrar a su jefe cierto aprecio podría ser un cambio bienvenido para él o ella, especialmente si no recibe reconocimiento de su jefe o en su hogar. También refuerza el comportamiento positivo.
7 Pida ayuda a sus colegas. Si sus compañeros de trabajo se sienten igual que usted, puede trabajar en equipo para cambiar el comportamiento de su jefe, dice Daniels, el sicólogo. Antes de una junta en la que su jefe pudiera lanzar una broma del mal gusto, usted y sus compañeros podrían ponerse de acuerdo con no festejar su jocosidad. Si nadie responde a sus payasadas, probablemente cambiará su comportamiento más rápido que si sólo una persona no responde.
8. Aproveche los mecanismos formales de retroalimentación de recursos humanos. Muchas empresas realizan constantemente encuestas entre los empleados y evaluaciones de 360 grados de los directores, dice Finkelstein. Si usted labora para una organización, añade, “tiene la gran oportunidad de expresarse. Si la empresa ha buscado activamente recibir comentarios de sus empleados, hágalos. Ese es su poder”.