El cofundador de Microsoft, William Gates, aseguró que este año dedicará parte de su actividad filantrópica a generar más compromisos para avanzar en la autosuficiencia de los más pobres del mundo.
En una carta para su Fundación Bill & Melinda Gates publicada este miércoles por el diario El País, expuso que quiere convencer que invertir en desarrollo puede mejorar las perspectivas de vida de millones de personas si a ello se incluye la innovación.
Explicó que hay avances en el mundo sobre los que se debe invertir más en desarrollo: investigación agraria y seguridad alimentaria, en vacunas, tratamientos contra el SIDA o anticonceptivos, se pueden cambiar muchas cosas en el mundo.
“Si no difundimos al máximo esos éxitos no generaremos los compromisos de financiamiento necesarios para seguir avanzando y salvar vidas. Están en juego las perspectivas de futuro de mil millones de personas”, afirmó.
Expuso que ante la autocomplacencia que ha llevado a reducir las ayudas al campo y la amenaza del cambio climático, se puede ayudar a productores del mundo a aumentar su producción con sostenibilidad y mejorar la seguridad alimentaria, pero solo si es con innovación agrícola.
En materia de vacunas, precisó que en 2011 se lograron compromisos de financiamiento superiores a los previstos, aún en tiempos de crisis, por valor de cuatro mil 300 millones de dólares, y en 2015 esas vacunas salvarán cuatro millones de vidas.
Gates enfatizó que mantendrá su apoyo al Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, y que los problemas de desvío de recursos en algunos de los países en los que trabaja ya se corrigieron y que su fundación ha destinado a ello 650 millones de dólares.
Abundó que una campaña en muchos países sobre anticoncepción permitiría en muchos lugares afrontar mejor el reto de la pobreza y bajar paulatinamente los índices nacionales de crecimiento demográfico, con lo que se podría responder mejor a las necesidades de todos sus ciudadanos.
El empresario recalcó que la inversión en los más pobres (ya sea mediante la lucha contra plagas agrícolas, los tratamientos contra el SIDA o el suministro de la vacuna del sarampión a niños de zonas apartadas) marca una gran diferencia.
“Por desgracia, mucha gente cree lo contrario, que el dinero destinado al desarrollo es un desperdicio o que no logra resultados duraderos. El año próximo, Melinda y yo vamos a dedicar mucho tiempo a explicar por qué se equivocan”, indicó.
Subrayó que la cantidad de dinero relativamente escasa que se ha gastado en desarrollo ha mejorado las perspectivas de futuro de miles de millones de personas, y puede hacer lo mismo para miles de millones más si se sigue invirtiendo en innovación.
Para ello, sostuvo que es necesario que la gente escuche historias vitales que ellos mismos han ayudado a mejorar, y con eso “querrán hacer más, no menos”.