“El CIO que no está en los medios sociales no existe” es una frase dura, pero refleja la perdida de oportunidad que hoy los medios sociales o las redes sociales brindan.
Permítanme comenzar con tres eventos para ilustrar el tema de este artículo.
Primero, el año pasado asistí por invitación de una de las empresas más importante de software a un evento latinoamericano de CIOs. En el registro del evento había una sección para que el participante proporcionara información sobre su canal de video en Youtube, su microblog en Twitter, su perfil en Facebook y su red social empresarial en LinkedIn. Después de completar el registro me pregunté “¿Cuántos CIOs habrán llenado sus cuatro espacios?”
Segundo, asistí a un congreso de cierto sector empresarial, y al elegir una de las conferencias, la cual era impartida por un director de una empresa que ha estado en contacto conmigo solo vía telefónica debido a un posible proyecto, y noté que me observaba desde el podio, sonreía e incluso asentaba su cabeza a modo de saludo; esto hizo preguntarme si mi apreciación sería la correcta. A la postre, durante la charla seguía dirigiéndose a mí, lo que confirmó que efectivamente me había identificado. En el devenir del evento me encontró y lo único que pude pensar por su certidumbre al referirse a mi es que me había conocido previamente a través de los medios sociales.
Tercero, en el evento de “Los 100 Mejores CIOs de México” (CIO100) del 2012, recuerdo que Norberto Gaona, el editor de la revista CIO México, insistía en sus palabras con una frase más o menos así: “Todos ustedes CIOs están invitados a escribir en nuestra revista. Ustedes tienen mucho que compartir con otros”. He aceptado con gusto la invitación y a la postre han servido los artículos desde temas de conversación de sobremesa hasta la identificación de mi empresa y, desde luego, de mi persona por mi colaboración en la revista.
“El CIO que no esta en los medios sociales no existe” es una frase dura, pero refleja la perdida de oportunidad que hoy los medios sociales o las redes sociales brindan. Martin Lindstrom, gurú del neuromarketing, dice que en el futuro la relevancia de los logotipos y de los nombres de las empresas por sí solos desaparecerá casi por completo, pero que la asociación del nombre de los integrantes de la organización en relación al nombre de la empresa será el binomio poderoso. Estoy seguro que usted lo ha visto en varias compañías cuando el nombre del CEO puede hacer que la acción en bolsa se revalore o tenga perdida, un buen ejemplo era la asociación de Apple y Steve Jobs.
Son innumerables las ventajas de tener una presencia como CIO en los medios sociales, como devolver a la sociedad un bien a través del intelecto, estrechar lazos afectivos, encontrar oportunidades de negocio, hacer relaciones públicas, acercar el conocimiento, estar a la vanguardia en los temas profesionales, estar informado del acontecer nacional, reencontrar conocidos, conocer gente afín, humanizar a su persona, diluir distancias geográficas, encontrar oportunidades laborales, encontrar solidaridad, mover conciencias, comunicarse, aprender doble al transmitir conocimiento, actualizarse en el uso de las redes sociales, intercambiar puntos de vista, mejorar la ortografía, darle valor a tu organización, crearte una fama, ayudar a otros, y la lista continúa.
Muchas son las ventajas de tener presencia en las redes sociales y, como lo veíamos en un artículo anterior, uno de los atributos más importante del líder es la comunicación; y si a esto se suma uno de los dichos más populares en nuestro entorno que es, “Lo único constante es el cambio”, entonces le pregunto, ¿por qué no seguir “cambiando” y mejorando en nuestras habilidades de comunicación a través de la generación de contenido en las redes sociales? Me despido con una frase de mi twitter @mijaelavila: “No todo cambio es crecimiento, del mismo modo que no todo movimiento es un avance”, Ellen Glasgow #Frases.
– Miguel Ávila es CIO de Grupo Alcione. Puede contactarlo en man@alcione.mx, seguirlo en @mijaelavila o en su Blog www.mijaelavila.com