Cuando Christian Johnson comenzó, en el verano del 2012, sus prácticas en la rama de administración de la información del Centro de Investigación Langley de la NASA en Hampton, Virginia, no sabía, ni sospechaba, que pronto estaría trabajando virtualmente alrededor del centro, a través de un robot sobre ruedas.
Cuando las clases comenzaron en el otoño, Johnson -que solo tenía 18 años- tuvo que terminar su último año de secundaria en Buffalo, Nueva York, y tuvo que trabajar a distancia, desde su casa para conservar su puesto de especialista en análisis de datos en el centro de investigación. Uno de sus compañeros de trabajo había escuchado sobre la empresa llamada VGo Communications que hace un avatar personal con ruedas, o lo que ellos llaman una “productivity improvement solution” o una solución para la mejora de la productividad, que permite que la gente vea y escuche -y sean vistos y escuchados- desde lejos.
Este compañero escribió una propuesta incitando al CIO de Langley a que compre uno de los avatares de VGo, y la oficina del CIO aprobó la compra para que Johnson pueda usarlo para moverse virtualmente por todo el edificio y asistir a reuniones. Ésta es solo una de las nuevas formas en que los robots están dejando su huella en los negocios hoy en día.
Los robots industriales han estado presentes desde la década de los 60s y fueron usados, principalmente, en las plantas automotrices. A medida que han ido ganando sensores más complejos y sofisticados en la última década, se han ido utilizando cada vez más en otros campos, como el de la salud y en la seguridad militar y pública. Actualmente son usados hasta para aplicaciones subacuáticas.
Según el reporte de “World Robotics” (PDF) de la Federación Internacional de Robótica, el 2011 fue el mejor año para los robots industriales desde 1961, con el aumento de las ventas en un 38% a 166,028 unidades. Los principales países de crecimiento fueron China, los Estados Unidos y Alemania, a pesar de que Japón se mantuvo en la cima.
Los envíos estadounidenses de robots alcanzaron las 20,555 unidades en el año 2012, un incremento del 43% comparado con el 2011, según el IFR, que predice que para el 2015 van a operar alrededor de todo el mundo más de 1.5 millones de robots industriales.
Hoy, los robots están asumiendo funciones más avanzadas en la fabricación y logística, están siendo adoptados por empresas pequeñas y están abriéndose camino hacia las oficinas, como lo que Johnson y sus colaboradores descubrieron.
El robot de VGo, que el Centro de Investigación Langley compró, está equipado con una cámara, micrófono y pantalla de video en una plataforma motorizada de 1,20 metros de alto. Una vez que Johnson instaló el software especializado en su computadora en Buffalo, fue capaz de iniciar sesión en el dispositivo VGo para tener una conversación de 20 minutos con su compañero de trabajo, y hasta “asistir” a reuniones que duraban varias horas. Los sistemas de teleprescencia o teleconferencia no hubieran satisfecho sus necesidades, señala, porque necesitaba moverse por todo el edificio para poder cumplir con su trabajo.
Trabajar a distancia mediante robots
Con un avatar robótico, “tiene más control sobre donde está yendo y más importante aún, puede interactuar con la gente de una manera mucho más práctica y tener una idea de quien está en la habitación”, señala Johnson. “Eso puede ser confuso cuando estás en una gran teleconferencia”.
“Tomó un poco de tiempo para acostumbrarme”, reconoce, explicando que hay dos formas de controlar la unidad de VGo: haciendo una combinación con las flechas de dirección del teclado, o a través de la interfase en pantalla de VGo. Johnson optó por este último enfoque. La interfase cuenta con un semicírculo que se superpone a una imagen del panorama que es capturado por la webcam de la unidad; si arrastra el mouse en la dirección a la que desea ir, el robot empezará a moverse. Johnson señala que es casi como un sistema de arrastra y suelta: mientras más arrastre el mouse hacia la parte superior del semicírculo, más rápido se moverá la unidad.
A veces el avatar de Johnson se tropieza con cosas, especialmente desde que, para reducir costos, VGo optó por no ponerle brazos a las unidades. También le pareció un reto presionar el pad de acceso para minusválidos afuera de cada puerta para abrirla. “Fue mucho más fácil esperar a un compañero de trabajo y caminar con él”, señala. Aunque Johnson no está del todo seguro que Langley pagó por el avatar, comenta que los dispositivos VGo pueden costar alrededor de seis mil dólares.
Johnson ya se graduó del colegio y asistirá a la Universidad de Maryland, College Park, en el otoño. Dice que espera poder quedarse en Langley y continuar trabajando a distancia mientras esté en la universidad. Señala, también, que no tiene comentarios negativos hacia el robot de VGo; la calidad y rendimiento de video le pareció muy buena, y el centro compró una batería de larga duración que duraba doce horas, lo que según él fue sumamente útil. En cuanto a las futuras mejoras que le gustaría que implementen, Johnson señala que sería bueno tener algún tipo de “mecanismo de joystick” para maniobrar el robot.
Usando robots para mantenerse importantes
Think Logistics, proveedor de servicios de cadena de suministros con base en Ontario y proveniente de Vaughan, ha estado pensando en su futuro. Su empresa matriz, Duplium Corp., es un exitoso fabricante de discos ópticos que ha producido CD, DVD y discos empaquetados desde hace 15 a 20 años. Pero esta última ya está advertida: Las industrias de software y entretenimiento se han enfocado en las descargas digitales, por lo que es difícil predecir por cuánto tiempo más los medios ópticos permanecerán siendo importantes, señala Stuart Pearson, vicepresidente de contratos logísticos en Think Logistics.
Think Logistics decidió concentrarse en la logística -envío de una amplia variedad de productos a los consumidores en nombre de sus clientes, que incluyen tiendas al por menor y centros de distribución, señala, ya que esa es un área que está en constante crecimiento y un paso natural para la compañía, que ya tiene experiencia en el envío y la logística.
Pero ese tipo de logística -manipulando unidades individuales en vez de cajas de productos- no está muy automatizada, añade Pearson, y la compañía descubrió que debía de haber una forma de cambiar eso. Think Logistics cree que la manera de obtener una ventaja competitiva en el procesamiento de pedidos, fue a través de la robótica. A diferencia de los proveedores de logística, que normalmente no suelen hacer inversiones en tecnología de automatización hasta que tienen un contrato con algún cliente y pueden amortizar la inversión durante la vigencia del contrato, Think Logistics tenía el “deseo, interés y aptitud desde una perspectiva del/de capital” para traer tecnología de punta desde el principio.
La compañía optó por los Kiva Systems. Adquirido por Amazon en el 2012, Kiva es un proveedor de sistemas automatizados para el almacenamiento y manipulación de mercancías físicas. Pearson vio un demo de la tecnología Kiva en una feria comercial, y sintió que tenía la flexibilidad de manejar varios tipos de productos diferentes -la capacidad que Think Logistics necesitaba. Kiva “tiene una flexibilidad inherente, ya que su sistema de almacenamiento puede almacenar cualquier cosa, desde algo pequeño hasta un elemento de gran tamaño o un abrigo”, agrega Pearson.
El sistema de cumplimiento de robótica Kiva está en uso en el almacén de Think Logistics, donde a 15 robots de color naranja se les asigna diversas tareas, como recoger una estantería (conocido como un “inventory pod”) o ir a otra sección del centro para traer un elemento y entregárselo a la persona indicada.
“Si hay algún problema o falla mecánica con alguno de los robots, esa tarea puede ser reasignada a otra unidad”, señala Pearson. A diferencia de los carruseles tradicionales que son comúnmente usados por compañías de logística, las unidades de Kiva son “masivamente paralelas, que significa que tiene varias unidades autónomas de accionamiento o robots, por lo que no tiene ningún punto de falla”, añade Pearson.
El sistema de cumplimiento fue implementado en Junio del 2012. Antes de eso, Think Logistics hacía todo manualmente, y usaba estantería estática y sistemas de estanterías convencionales para el almacenamiento. “Tendríamos a nuestros asociados caminando con carretillas de selección o con un gato elevador dentro de nuestro sistema de almacenamiento para seleccionar manualmente los productos y descartar otros”, señala Pearson.
Asimismo, Think Logistics no tuvo que despedir a los empleados cuando se comenzó a usar el equipo Kiva. En cambio, una combinación de crecimiento del negocio y las mejoras de la eficiencia impulsada por la nueva tecnología, hizo posible que las personas manejaran más tareas y fueran más productivas, señala Pearson. En un típico almacén de comercio electrónico, los trabajadores pasan de 40% a 60% de su tiempo caminando por ahí recogiendo, contando y descartando bienes. El sistema Kiva ha eliminado casi todo ese tiempo caminando, agrega.
Actualmente, las personas están “enfocadas en otros aspectos de los negocios -recibiendo productos y empacando pedidos”, señala Pearson. “Y debido al crecimiento, son capaces de ser más eficientes en las actividades que agregan más valor al trabajo que hacemos”.
Además, tener el sistema significa que Think Logistics puede enviar más pedidos de los que podía previamente con la misma cantidad de personas, y enviarlos más rápidamente. “Nosotros lo vemos como un multiplicador de fuerza”, señala.
El sistema tiene una inteligencia incorporada, así que si hay un inventario del mismo objeto siendo recibido y almacenado en una unidad de estanterías móviles y las instrucciones del minorista lo permiten, el sistema va a consolidar dicho inventario antes de utilizar contenedores vacíos. Por ejemplo, Pearson señala, “si yo tengo un iPhone 5 en un lugar donde hay espacio para dos más, y si las reglas del negocio permiten que se pongan más ahí, le va a traer el producto y decir, ‘Aquí hay espacio para dos más’. Y a la inversa, si le dice al sistema que tiene que recibir 20, este buscará un lugar donde entren 20. Es muy dinámico”.
Think Logistics puede aumentar las opciones de configuración que Kiva ofrece, y puede adaptar la forma en que el sistema la usa para que sea compatible con las necesidades de un minorista.
Pearson estima que Think Logistics verá un retorno de su inversión multimillonaria por las 15 unidades en aproximadamente dos años. Señala que la compañía compró más capacidad de la que necesita “para que podamos enganchar rápidamente a nuestros clientes mientras hacemos que nuestro negocio crezca”.
Empaquetando/Embalando las partes
K’NEX Brands, fabricante de sets de juguetes de construcción con su central en Hatfield, Pensylvania, recientemente comenzó a usar un robot de 30 mil dólares llamado Baxter para que ayude con el control de calidad para el embalaje de piezas de los diversos productos enviados a más de 30 países. Desarrollado por Rethink Robotics, Baxter empaqueta piezas sin rayarlas ni doblarlas, reduciendo el costo de los reemplazos, según Michael Araten, presidente de K’NEX.
En la fábrica de juguetes K’NEX, un robot como éste se encarga de las funciones del control de calidad y montaje.
“Nosotros pensamos que los robots nos permitirían tomar trabajos más complicados y empacar las piezas con más eficiencia y de la forma en que el cliente las necesita”, señala Araten. La tecnología y los robots fueron la respuesta al desafío de tratar de hacer algo de dinero, al hacer negocios en mercados globales donde los competidores extranjeros pueden aprovechar la mano de obra barata, agrega.
En K’NEX, compañía fabricante de juguetes, un robot como éste se dedica tanto a las funciones de control de calidad como a las de montaje.
Baxter no es el primer robot que la compañía ha usado en Hatfield, la planta de fabricación; K’NEX compró su primer robot hace siete años para encargarse del empaquetado. Mientras Araten señala que Baxter es más lento que otros robots que ha usado, nota que puede cumplir dos funciones, la de control de calidad y de montaje, “estamos cambiando rapidez por flexibilidad”, explica.
Preferimos estar en la planta baja y luego obtener los beneficios de [los robots volviéndose] cada vez más rápidos con el tiempo y ser los primeros en la competencia”, señala Araten. “Si nos equivocamos, todavía tendremos a un robot lento que puede hacer cosas interesantes”.
Desde Febrero, Baxter ha estado en uso en las instalaciones de fabricación de K’NEX, que es operada por la compañía hermana The Rondon Group, fabricante de componentes de plástico moldeados por inyección, que produce 10 millones de piezas por día para clientes de 50 industrias, incluyendo productos de consumo, juguetes, productos farmacéuticos, construcción, salud y alimentos y bebidas. Baxter está funcionando tan bien que ahora está siendo entrenado para empaquetar más “piezas de moda” para los productos de Mario Kart para Nintendo de K’NEX, señala Araten, refiriéndose a la línea de juguetes de carrera de Mario.
Baxter empaqueta ajustadamente las piezas y ha eliminado la mayor parte del espacio entre ellas, por lo que “creemos que vamos a ser capaces de utilizar de un 20% a 40% menos de cajas para los juguetes de Mario”, afirma.
También se le está enseñando a recoger una muestra aleatoria de ciertas partes del cinturón, revisarlas para estar seguros de que no tiene ningún defecto, y ponerlos en cajas para enviárselos a los clientes. Si hay algo mal con alguna de las partes, Baxter activa una alarma. “Tiene un sistema de visión incorporado, así tenemos un programa o una lista de lo que queremos que busque y que haga”, señala Araten, explicando que el sistema toma fotos de una pieza y la compara con la foto de cómo esa pieza debería verse. “Nos aseguramos de mostrar una buena pieza? para que pueda hacer las comparaciones”, agrega.
En los meses que vienen, Baxter también va a aprender cómo ensamblar las piezas.
Un área en la que Rodon se enfoca es hacer piezas de ventanas para la industria de construcción de viviendas. Baxter podría ayudar con eso, ayudando en el montaje de productos terminados, señala Araten, explicando que podría, por ejemplo, colocar un candado en una ventana. “Eso nos ayudará a seguir siendo competitivos”, agrega.
“Preferimos estar en la planta baja y después obtener los beneficios de [los robots volviéndose] cada vez más rápidos con el tiempo y ser los primeros en la competencia”, señala Michael Araten, presidente de la fábrica de juguetes K’NEX. “Si nos equivocamos todavía tendremos un robot lento que puede hacer cosas interesantes”.
Araten afirma que nunca hubo una reducción de trabajadores desde que llegó Baxter. De hecho, señala que K’NEX está comprometida a la contratación de personas con habilidades en los campos STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), en parte porque tiene una división educativa que hace que los productos estén atados a una currícula escolar STEM. “Estamos enfocados en el STEM como una organización”, comenta, “y la gente que contratamos necesita cada vez más estas habilidades“. En general, la contratación ha incrementado en un 25% en los últimos cuatro años, agrega.
¿Quitando empleos?
A pesar de que K’NEX y Think Logistics reportan que no han tenido despidos vinculados a la adopción de la robótica, algunos escépticos dicen que el aumento de uso de robots va, en última instancia, a eliminar los puestos de trabajo. Pero los fans de la tecnología afirman que las tareas repetitivas y aburridas son ideales para la robótica, y que es mejor no darle estos trabajos aburridos a los seres humanos, ya que son propensos a cometer errores y a la ineficiencia.
De hecho, algunos aficionados a la robótica insisten con que a pesar de que la tecnología conducirá, inevitablemente, a la eliminación de algunos puestos de trabajo realizados por humanos, los robots van a liberar a la gente y van a permitirles enfocarse en las tareas creativas, así como ayudar a las empresas a ahorrar dinero y reducir la necesidad de mano de obra extranjera.
En todo caso, “me temo que no vamos a tener suficientes robots,” señala Rodney Brooks, fundador y CTO de Rethink Robotics, que hace la línea de robots Baxter. Brooks, quien también es profesor emérito del MIT, agrega que su meta al desarrollar a Baxter fue ayudar a encontrar una forma de mantener las operaciones de fabricación en los Estados Unidos, para que ese tipo de trabajo no requiera la subcontratación de otros países como China. Estima que los Estados Unidos gasta 350 mil millones de dólares en la fabricación en China en el 2007. Si ese dinero hubiera sido gastado aquí [Estados Unidos], razona, los puestos de trabajo se hubieran contratado aquí también -pero serían diferentes puestos de trabajo.
Antes de desarrollar a Baxter, Brooks, que también co-fundó iRobot, fabricante de la popular aspiradora automática Roomba y otros dispositivos robóticos, señala que pasa un montón de tiempo en las fábricas hablando con los trabajadores. Les pregunta si quisieran que sus hijos trabajaran ahí y “la respuesta universal fue que no”, añade.
“Se ve un envejecimiento progresivo en los trabajadores, porque la gente no quiere cumplir con tareas aburridas y repetitivas. Estos no son trabajos pedidos y que a la gente le gusta cumplir sino son aburridos y repetitivos”, señala Brooks, llamando a este tipo de trabajo uno “extremadamente malo”.
Brooks prevé que las personas se van a mover a trabajar a otras áreas de la cadena de suministros, como en logística y envío.
Pero no todos comparten ese punto de vista. El desarrollador de software y empresario Martin Ford, por ejemplo, cree que la fuerza de trabajo se enfrenta a un futuro terrible por el crecimiento y aceptación de las unidades físicas de robots y las herramientas de automatización de software que van a quitarle cada vez más el trabajo a los humanos. Ford escribió el libro ‘The Lights in the Tunnel’, el cual crea un escenario apocalíptico en el cual los robots toman los puestos de trabajo de collar blanco y los de collar azul.
“Muchos de esos trabajos van a desaparecer porque el software [automatizado] de la empresa va a incluir una inteligencia artificial especializada” que, señala, funciona mucho mejor que la de los seres humanos a la hora de cumplir con tareas como la se analizar datos o crear hojas de cálculo. Además, una gran cantidad de trabajo físico de rutina -filtrarse a través de las cajas buscando evidencia en un bufete de abogados, por ejemplo -se hará cada vez más con sistemas automatizados, señala Ford.
“Veo una gran invasión de robots y automatización de software en todas partes? cualquier trabajo en cualquier nivel que es rutinario y predecible, donde haces lo mismo una y otra vez,” sostiene.
En 10 a 20 años, los robots causarán “un gran impacto sobre el empleo”, señala Ford. “Es un gran problema económico y social.”
La robótica “parece la más indicada para los procesos a partir de reglas, y el requisito por el cual es demasiado táctico o de corta duración justificar el desarrollo de las organizaciones de TI”, señala James Slaby, el director de investigación de Horses For Source, una empresa con base principal en Boston y consultora de TI, quien escribió un informe en el 2012 llamado “Robotic Automation Emerges as a Threat tto Traditional Low-Cost Outsourcing”.
“Más allá de romper el cuello de botella en el desarrollo de la TI, el uso de robots de software para manejar los procesos rutinarios de los negocios tiene un atractivo: Permite a las empresas reducir su dependencia en la subcontratación de otros países”, escribió Slaby. Él estaba hablando de los trabajos y procesos rutinarios automatizados mediante la automatización robótica, lo cual incluye un conjunto de herramientas y ambientes de desarrollo que crean un robot o un agente de software que se ejecuta en una máquina virtual y automatiza el trabajo rutinario. El kit de herramientas “genera un software que se ejecuta como un servicio web, una tarea programada en una máquina virtual o como un subproceso de la aplicación de una empresa como BPM, workflow o sistema de mensajería”, explica.
Slaby identifica a la compañía Blue Prism como uno de los primeros líderes en este tipo de software, y dice que espera que otras empresas entren al mercado -muchas de ellas muy pronto. Por su parte, Blue Prism se anuncia como el proveedor del software de “agilidad operacional”.
Un mercado en expansión
Araten señala que no necesariamente cree que K’NEX esté haciendo algo imaginativo o de vanguardia. Señala que las grandes compañías han usado la robótica por 20 años. Lo que ha cambiado, agrega, es que el marketing más agresivo y los bajos precios han hecho que los robots estén disponibles para las medianas empresas.
“Es solo la primera entrada para los medianos empresarios, que son conservadoras y quieren ver a otros [usar los robots] primero”, señala Araten. “Por eso no se ha visto gran cantidad de implementación en las medianas empresas, todavía. Pero esperamos ver el cambio en los próximos años, porque van a ver que otras medianas empresas lo están haciendo y [ellos] pensarán que ya es hora de cambiar”.
Por su parte, Brooks no va a decir exactamente cuántos Baxters ha enviado, pero dice que está alrededor de los cientos y espera que para el final del año esté cerca de los miles.
Araten señala que creó Rethink Robotics para apuntar a los pequeños fabricantes que nunca antes habían usado robots, porque “así es como hacemos que la fabricación en este país se vuelva más fuerte -haciendo que los pequeños empresarios se vuelvan más fuertes y competitivos en el escenario mundial. Me arriesgué a hacer esto porque pensé que era estratégicamente importante para los Estados Unidos fortalecer sus capacidades de fabricación”.
Es como en los primeros días de la PC: ponías una en la puerta y había una mesa donde todas las personas de la oficina usaban esa computadora y tomó un tiempo para que se dieran cuenta de que debería haber una en cada escritorio”, señala Brooks. “Estas cosas toman su tiempo.”
– Esther Shein, Computerworld