DreamWorks Animation conoce la magia de la nube. Desde el 2003, el famoso estudio ha basado sus funciones de desarrollo de productos, fabricación y diseño en un entorno de nube híbrida, mucho antes de que la opción de almacenamiento incluso se llamara “nube”.
La nube ofrece a la empresa, con sede en Los Ángeles, “enorme flexibilidad en capital humano y digital”, comenta el CTO de DreamWorks, Lincoln Wallen, quien agrega que le da “acceso a cualquier artista para cualquier película desde cualquier sitio, en cualquier lugar, en cualquier proyecto… al instante”. También le permitió a DreamWorks pasar de la producción de una película cada 18 meses a tres películas al año.
Una solución de gran éxito, sin duda. Pero las cosas resultaron más complicadas cuando las opciones de nube se utilizaron para funciones corporativas y de back-office.
En el 2012, DreamWorks cambió los sistemas de correo electrónico de Microsoft Exchange a Gmail en la plataforma de Google Apps para crear un marco uniforme para sus 2.600 empleados, la mitad de los cuales utilizan Linux para la creación de animaciones; y, la otra mitad, herramientas de Microsoft para funciones corporativas.
Aunque la funcionalidad de la suite de Google es “increíble” para el correo electrónico y para compartir el calendario a través del ecosistema global del estudio, Wallen señala que han surgido algunos “inconvenientes” significativos.
“Uno de ellos es que no estás en control de la experiencia del usuario”, explica. “El modelo de negocio del proveedor de nube se basa en ofrecer una funcionalidad común a muchos clientes, así que despliega los cambios a todo el mundo”, estén listos o no. “El otro desafío con los servicios de nube es que hay varios proveedores”, añade. “Así que cuando comienza a querer construir flujos de trabajo y procesos entre esos servicios alojados, se te presentan muchas trabas”.
A partir de ese punto, Wallen aprendió una valiosa lección. “En el nuevo –aunque poco articulado– mundo de las TI consumerizadas, hay que tomar el control de la experiencia del usuario por nosotros mismos como empresa, ya que los proveedores de servicios de nube o de SaaS (software como servicio) son cada vez más incapaces de alcanzar la experiencia deseada por toda la empresa”, anota.
Muchos de los primeros usuarios de la computación en nube han sobrevivido e incluso prosperado después de subir por la curva de aprendizaje inicial. Al igual que DreamWorks, muchos se han quedado con los proveedores de servicios alojados, y están trabajando con ellos para mejorar su experiencia. Sin embargo, otros usuarios de la nube han dejado de lado alguna capacidad, o planean hacerlo.
En el 2012, el analista de Gartner, Jarod Greene, predijo que el 30% de las organizaciones que entonces utilizaban SaaS para el software de gestión de TI, o las “entrañas de TI”, revertiría hacia las soluciones on premises para el año 2014, debido a los bajos niveles de servicio causados por la mayor complejidad de las soluciones de TI, mayor rapidez en los ciclos de cambio, menor duración de los plazos de desarrollo y los recortes presupuestarios.
Resulta que la situación no es tan grave como se había predicho, pero “estamos a mitad de camino”, señala Greene, y agrega que, en una encuesta realizada el pasado otoño septentrional, el 15% de los usuarios empresariales de herramientas basadas en SaaS dijeron que no volverían a firmar contratos con sus proveedores en el 2014. “Esperamos que eso se incremente debido al inadecuado costo total de propiedad”, añade. “Ellos no han mejorado la herramienta, o ni un solo proveedor ha podido hacer todo lo que debía hacer”.
En general, sin embargo, el uso de la computación en la nube está aumentado, y en el 2016 los sistemas basados en la nube van a constituir el grueso del nuevo gasto de TI, según Gartner. De hecho, la firma de investigación espera que el 2016 sea un “año decisivo” para la nube, a medida que las configuraciones de nubes privadas comienzan a dar paso a sistemas híbridos. A finales del 2017, predice Gartner, casi la mitad de las grandes empresas tendrán las implementaciones de nube híbridas.
Por otra parte, según el Índice Global de Nube de Cisco, el tráfico IP en la nube en todo el mundo representará más de dos tercios del total del tráfico de los centros de datos en el 2017.
De las organizaciones que están comprometidas con la nube, algunas dicen que se movían muy lentamente para llegar allí; otras dicen que se movían demasiado rápido. En ambos casos, hay lecciones que aprender de los adoptadores tempranos. A continuación una mirada a los retos del crecimiento o de reducción en su estrategia de cloud computing, así como las motivaciones para tomar uno u otro camino.
¿Qué aprendieron los adoptadores tempranos?
Las organizaciones que saltaron a la nube en el año 2010 o antes, han aprendido valiosas lecciones, señala Greene. Poco después de la crisis económica, las empresas vieron desde un punto de vista táctico el software como servicio. Los costos de las ofertas SaaS eran fáciles de entender, y desde un punto de vista contable, el pago de los sistemas alojados podía ser visto como un gasto operativo, en lugar de una gran inversión de capital. El concepto en sí era fácil de entender, y las compañías que tomaron la ruta del SaaS podían eliminar el costo de la infraestructura de soporte, y tal vez incluso reducir la cantidad de personal que daba soporte al software, explica.
Tres o cuatro años más tarde, agrega Greene, las empresas se están dando cuenta de que “no despidieron a nadie, y todavía tienen que gestionar la relación con el proveedor y asignar recursos. No conseguimos mejoras en algunos procesos. O cambiamos de herramientas, pero no conseguimos mejorar en la práctica, en la que necesitábamos la herramienta para automatizar”.
Es más, aunque los costos de la nube eran bajos al principio, muchos contratos fueron estructurados de manera tal que los costos aumentaron a medida que pasaron los años. Para el quinto o sexto año de sus contratos en la nube, los primeros usuarios se fueron dando cuenta de que habían entregado más dinero de lo que hubieran gastado en nuevas herramientas on-premises, anota Greene. “Ahora algunos adoptadores tempranos están diciendo, ‘Puede que no hayamos pensado en esto completamente’”, añade.
Los problemas de seguridad siguen evolucionando y son una preocupación constante para los usuarios en la nube, en particular para las grandes empresas complejas y globales que apuestan mucho más por la seguridad de lo que lo hacen las pequeñas y medianas empresas.
Muchos proveedores de nube afirman tener estrictas medidas de seguridad, pero los requisitos de seguridad varían mucho de una compañía a otra. “No todo lo que brilla es oro”, anota Greene. “Creo que hay una falsa sensación de seguridad por ahí –porque no ha habido ninguna amenaza importante en alguno de los principales proveedores; pero sabemos que ya viene”.
Wallen es prudente acerca de la seguridad de su proveedor de servicios de nube. “En realidad, la cantidad de recursos que podemos invertir en la protección de nuestros activos y comunicaciones de mensajería es mucho menor de lo que Google puede”, anota, “por lo que hasta cierto punto no está claro de si es menos seguro. Podría ser más seguro”.
Presión del negocio: ¿Por qué no lo podemos hacer más barato?
Muchos departamentos de TI han aprendido a moderar, en sus unidades de negocio, las elevadas expectativas que se tienen de la nube con una dosis de realidad. En el otoño del 2012, los usuarios finales empresariales en Aetna se involucraron totalmente con la tendencia de la consumerización de TI y comenzaron a hacer a TI muchas preguntas sobre por qué no podían usar el software de un proveedor de hosting y usar solamente PC de escritorio baratas, por 10 dólares al mes. Para apaciguar a la gente de negocios, el equipo de TI, junto con una firma independiente, realizó una investigación.
“Inicialmente nos propusimos implantar el escritorio como servicio a través de un proveedor de nube, pero muy rápidamente aprendimos que en nuestra industria no se puede hacer de una manera segura y a la vez rentable”, señala Alan Pawlak, jefe de servicios al cliente de la aseguradora con sede en Hartford.
“Lo que una corporación pone en sus clientes de escritorio es algo más que solo las máquinas virtuales”, explica. “Una máquina virtual genérica alojada –en la nube– es incluso más barata, pero eso significa que está en una plataforma compartida –que se actualiza con parches cada vez que otros deciden, sin consistencia; y en esa plataforma compartida nadie va a hacerse responsable para asegurarla en la forma que se requiere. Cuando se agregan todas estas cosas, uno termina reconstruyendo lo que se tiene internamente con un tercero y no resulta rentable. Simplemente no es una solución sólida”.
Pawlak también anota que la latencia de red crea una experiencia de usuario muy pobre en una configuración de este tipo. “Estamos hablando de máquinas muy robustas que ejecutan un stack de protocolos completo hacia su compañía para poder acceder a las aplicaciones internas que nunca podría poner fuera de sus propia instalaciones. Ahí es donde paramos”, señala, añadiendo que explicaba sus descubrimientos a sus colegas de negocios.
Pawlak agrega que dijo a los líderes empresariales que “la realidad es que la industria realmente no está allí todavía. Necesitamos madurar en la manera cómo se almacenan los datos, cómo se accede a las aplicaciones y modernizarnos antes de que podamos llegar a ese punto”.
Incluso en casos simples, donde era algo obvio mover ciertas máquinas a clientes virtualizados, la nube todavía no tenía sentido debido a la complejidad de los sistemas de seguridad y la provisión de acceso a las aplicaciones del servicio de nube en el ambiente interno. “Esto creó problemas de latencia, problemas de seguridad, problemas de red para previsibilidad y calidad del servicio”, anota Pawlak. “No sentimos que fuera apropiado para una empresa de nuestro sector ir por ese camino”.
En su lugar, Aetna ha decidido utilizar la nube solo para ciertas herramientas que los empleados utilizan todos los días –como las herramientas de colaboración social y el software de oficina. “Esas tienen un muy buen lugar en la nube, porque puedo cifrar los datos, proteger y autenticar el acceso, y no hay necesidad real de quedar enganchado a las versiones de las aplicaciones”, señala Pawlak.
Dar y recibir
Elegir qué funciones se trasladarán a la nube requiere disciplina y compromiso. Aunque a las empresas les gusta la rapidez para llegar al mercado que ofrecen los servicios en la nube, se debe evitar la personalización para mantener los costos bajo control, según Oliver Bussmann, CIO de grupo UBS, en Zúrich. “Vimos muchos programas de implementación [de nube] con niveles de personalización de 30% a 50%, y luego todo el esfuerzo de implementación subió de manera significativa”, anota. “Si quieres personalizar en alto grado estás usando de manera incorrecta la nube”.
Para obtener todos los beneficios de un sistema basado en la nube, “uno tiene que atenerse a las características estándares que se ofrecen debido a que al proveedor de nube siempre le gusta aprovechar las economías de escala”, señala Bussmann. “Mi experiencia es que tal vez consiga cerca de un 5% más funcionalidades. Así que necesita disciplina para apegarse a la funcionalidad estándar”. A cambio, los usuarios obtienen actualizaciones regulares y nuevas funcionalidades cada dos o tres meses. “Esa mentalidad es fundamental para el éxito de la puesta en práctica”, agrega.
UBS utiliza una nube privada para las funciones de soporte, como recursos humanos y la gestión de servicios, mientras que los datos del cliente se mantienen on-premises.
Bussmann aconseja a los líderes de TI a permanecer en el asiento del conductor cuando se trata de implementaciones de nube. “A veces los proveedores de nube van directamente a las unidades de negocio. Si espera que la gente de negocios se acerque a usted, entonces ya es demasiado tarde”, agrega.
Lento y constante
En AT&T, un esfuerzo para migrar aplicaciones estratégicas a una nube empresarial está en pleno curso. En el 2012, los ejecutivos de TI de la compañía reconocieron que no se habían movido rápidamente a la nube, por lo que el proyecto se puso en marcha en el 2013 con el objetivo de mover cerca del 40% de las aplicaciones estratégicas a la nube antes de finales del 2014.
“La planificación previa fue fundamental para movernos con rapidez y eficacia una vez que el programa comenzó”, señala Rick Felts, vicepresidente senior de operaciones de TI. A causa del amplio alcance de la migración, AT&T realizó un análisis extenso sobre todas las cargas de trabajo, su preparación para la nube y los cambios en el modelo de soporte que tendrían que ocurrir, antes de iniciar oficialmente el programa. El cambio en la tecnología atraviesa todos los equipos funcionales de TI que dan soporte a los sistemas en todos los segmentos de negocio de AT&T. También abarca arquitectura de sistemas, desarrollo, infraestructura y operaciones.
“Esta es una gran transformación para la empresa”, anota Felts, y agrega que “la aceptación ha sido clave para el éxito” y “la educación tanto en TI y en la gente de negocio es un factor clave”. Para ayudar a los empleados a adquirir habilidades en la nube y para ayudar en el cambio de cultura, AT&T ha creado programas formales, incluyendo un “campo de entrenamiento” en la nube para proporcionar capacitación en todas las disciplinas de TI.
“Pasar de una solución de ingeniería tradicional a recursos del centro de datos asignables, es tanto un cambio de mentalidad, como de plataformas”, señala Felts. “No hay que subestimar la necesidad de evaluar y cambiar la forma de operar”.
Pública vs privada vs híbrida
No se equivoquen, cloud computing es un fenómeno multifacético. La nube es una base para compartir datos y de hecho cuenta con una gama de funciones que se acumulan unas sobre otras, de acuerdo con Gartner. La evolución de las nuevas aplicaciones para la nube está generando muchas estrategias diferentes para el éxito de la misma. Hoy en día, los sistemas comerciales de nubes públicas, las nubes privadas y configuraciones híbridas todos pintan el paisaje de TI. Debido a eso, la pregunta básica ha pasado de “¿Qué es la nube?” a “¿Cómo van a evolucionar los proyectos de nube?”.
A medida que las empresas desarrollan sus estrategias de cloud computing, deben dividir sus programas en dos líneas primarias de trabajo de TI, aconseja Gartner.
La primera línea de trabajo debe apoyar a la empresa como consumidora de servicios de nube; y la segunda debe centrarse en la empresa como proveedora de servicios de nube. Cuando la empresa es consumidora, debería centrarse en las capacidades relacionadas con TI entregadas como servicio. El objetivo principal es determinar si, cuándo, dónde, cómo y por qué se deben usar los servicios de nube. El hardware y el software utilizado para implementar el servicio son manejados por el proveedor de servicios y no son una preocupación de los consumidores. Cuando la empresa es proveedora de nube, nube privada o híbrida, debe centrarse en el hardware, el software y los procesos que necesita para implementar un servicio basado en nube.
Las nubes híbridas, para las empresas que pueden pagarlas, podrían resolver los problemas de “experiencia del cliente” y de seguridad, y permitir que las empresas muevan funciones de misión crítica o datos sensibles a la nube.
“Creo que el modelo híbrido va a ganar”, señala Wallen. Con una configuración híbrida, “puedo poner los datos en un lugar relativamente seguro y luego tener a alguien más ejecutando la funcionalidad sobre esos datos sin comprometer mi seguridad. Eso puede surgir incluso bajo la presión de los miedos como los causados por la ANS, como ‘¿Quién tiene sus datos?’ y ‘¿Qué tipo de corporación es ésta?’, anota. “Las empresas realmente necesitan dar un paso adelante, no los terceros, y presentarse a los empleados como si fueran el servicio de nube”.
Wallen reconoce que, al igual que cuando se trasladaron las aplicaciones financieras antiguas hacia sistemas ERP, la transición hacia una nube híbrida “cuesta dinero”, pero añade: “Esa es la promesa de la nube”.
Palabras de asesoramiento
Los adoptadores tempranos ofrecen algunos consejos para aquellos que contemplan, o que están en medio de un traslado hacia la nube.
Cuando se trata de elegir un proveedor, “sumérjase en [potenciales] proveedores de servicios” y escudriñe sus operaciones, señala Pawlak. Las grandes empresas de tecnología lo son por una razón, porque entienden cómo dar soporte a una empresa. Varios de los proveedores de servicios de nube pueden parecer grandes y robustas empresas con soporte, señala, “pero cuando uno empieza a averiguar bien descubre que son solo ‘cuatro gatos’. Esto es muy peligroso cuando se está ejecutando una función crítica para el negocio”.
Mientras Aetna estaba haciendo su due dilligence de nube, Pawlak se mostró sorprendido porque varios proveedores de nube resultaron ser mucho más pequeños de lo que el material de marketing hacía parecer. “La verdad salió a la luz cuando comenzó la discusión de un contrato. Una vez que ellos vieron nuestros requisitos de responsabilidad, escaparon”, anota. Hoy, añade, “ni siquiera hacemos una prueba de concepto o piloto hasta que hagamos una visita física a la empresa”.
Wallen de DreamWorks señala que debe recordar que sus datos son suyos y que ya está pagando para almacenarlos. Así que evite destinos complementarios, como Google, Box, Dropbox u otras plataformas de almacenamiento público. “Vea con mucha atención dónde radica el valor de un servicio de nube, y busque proveedores que ya se hayan hecho cargo de la gestión de la seguridad de sus datos. Luego use la funcionalidad de ellos en esos datos. Si esto se puede lograr de manera cuidadosa, con políticas, servirá para el uso empresarial”, anota.
Una estrategia de nube, como cualquier decisión de compra de componentes, siempre debe estar vinculada a la estrategia del negocio, añade Bussmann. Haga preguntas como “¿Dónde puede TI generar valor y mejoras en el costo total de propiedad?”, aconseja. “Desde allí se puede ir a diferentes implementaciones de nube y de utilización”.
De cara al futuro, Greene señala que alrededor de la mitad de las nuevas ofertas de software serán orientadas a SaaS para el año 2016. “Vamos a mejorar en la estructuración de contratos y a tomar mejores decisiones sobre lo que guardamos on-premises frente a lo que vamos a pasar a la nube”, señala. “No se va a ver una desaceleración en la actividad, desde la perspectiva de compra, pero los clientes se volverán más inteligentes en la forma en la que compran. Dejarán de ser tan tácticos y llegarán a ser más estratégicos”.
-Stacy Collett, Computerworld (EE.UU.)