En 1930, el escritor húngaro Frigyes Karinthy postuló la teoría “Seis grados de separación” que hoy conocemos, la cual sugiere que todas las personas están conectadas entre sí a través de cinco intermediarios. Pero fue hasta 1967 cuando el psicólogo estadounidense Stanley Milgram comprobó la hipótesis de Karinthy mediante un ejercicio en el cual pidió a desconocidos del medio oeste estadounidense que enviaran cartas a una persona ajena a ellos, ubicada al otro lado del país, en Massachusetts.
El propósito era que las personas enviaran la carta a un conocido suyo que, presuntamente, pudiera conocer al destinatario final. A su vez, el receptor haría lo propio, logrando con ello comprobar que seis grados o seis personas son el salto que usted necesita para llegar a cualquier persona, llámese el presidente Obama o Peña.
La estadística arroja que cada individuo tiene 100 personas en promedio como contactos cercanos, de hecho, en Facebook se habla de 120. Pensemos en el impacto que la tecnología puede tener con estas cifras: en primer grado está su hija o hijo posteando a 100 contactos, que serían el segundo grado. Si el mensaje es eficaz, el tercer grado se convierte en 10,000; el cuarto grado en 1,000,000; el quinto grado alcanzaría 100,000,000 destinatarios y el sexto grado los 10,000,000,000.
En las redes sociales es usual conocer las noticias casi en el mismo instante que ocurren, y qué decir del nacimiento o enfermedad de un familiar. Es innegable que éstas han colaborado a derrocar gobiernos, a convocar marchas y, desde luego, a advertir de ellas.
Ahora entremos en materia de redes sociales empresariales. El libro The Executive´s Guide to Enterprise Social Media Strategy, los autores Mike Barlow y David B. Thomas se preguntan ¿cuál es la prisa de tener una estrategia de redes sociales? Aquí me permito retomar algunos puntos descritos en la obra:
Sus empleados tienen Facebook y Twitter. Ellos ven videos en YouTube. Tienen actualmente una vida en el universo de las redes sociales, esa es la realidad. De ahí que su empresa necesite una estrategia para operar en ese universo.
¿Recuerda cuando todos empezaron a usar los teléfonos inalámbricos? En aquel momento quizá se preguntó: “¿Cuánto tiempo tomará para que necesitemos una estrategia empresarial inalámbrica?”. Las redes sociales plantean un reto similar, así como toda la “movilidad” que se ha infiltrado en las empresas y ha cambiado el comportamiento de la gente. Usted requiere una estrategia para lidiar con ello, porque su competidor ya está usando las redes sociales, advierten los autores.
De acuerdo con este libro, son tres los canales de comunicación más comunes en la actualidad: los encuentros cara a cara, por email y por teléfono. De modo que si usted no fue invitado a esa reunión, a la conferencia telefónica o no fue parte de los destinatarios del email, está fuera de la comunicación. Pero si su equipo de trabajo emplea como plataforma primaria la red social empresarial, la colaboración y el intercambio de ideas se abren a una audiencia más amplia. Y entonces… los “accidentes felices” pueden ocurrir. Hasta aquí las referencias a esta obra.
Me despido, no sin antes insistir que hay todavía mucho más por compartir. Recuerde que la falta de comunicación en su empresa merece su atención, y comunicarse constituye una parte crucial de su éxito en el trabajo. Es conveniente no soslayar el cambio que provocan las redes sociales, ya que, a la postre, los soslayados… pudiéramos ser nosotros.
– Miguel Ávila es CIO de Grupo Alcione. Puede contactarlo en man@alcione.mx; sígalo en @mijaelavila o en su blog www.mijaelavila.com