Últimamente hemos escuchado en diferentes foros y ha estado en titulares de noticias el Internet de las Cosas, tanto para usuarios finales, empresas y gobierno. Si bien es cierto que esta nueva tendencia está abriendo puertas para el avance de las ciudades inteligentes y la comodidad del usuario, también está abriendo nuevas brechas de seguridad.
Para comprobarlo, basta retroceder sólo un año atrás, en UnDíaComoHoy, 16 de enero pero de 2014, cuando Proofpoint detectó el primer ciberataque al Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), donde miles de televisores inteligentes, routers y por supuesto, electrodomésticos inteligentes, como refrigeradores, fueron utilizados como zombies en una red botnet para enviar más de 750,000 mensajes de correo electrónico que contenían spam.
Según los datos dados a conocer por esa firma de seguridad, fueron más de 100,000 aparatos inteligentes los que fueron afectados, y es considerado el primer ataque a IoT. Aunque la gran mayoría de los correos se enviaron a través de una PC o dispositivo móvil, un importante 25% fueron mediante equipos relacionados al IoT.
¿Cómo sucedió esto?
Cada equipo conectado envío un promedio de 10 mensajes spam desde cada dirección IP, complicando así la defensa de los sistemas de seguridad. Esto, claro, alertó a los fabricantes, ya que hasta la fecha la gran mayoría de este tipo de dispositivos no cuenta con protección de ningún tipo.
David Knight, director general de la división de Seguridad de Proofpoint, resaltó en esa época la poca o nula protección que tenían estos aparatos. “Muchos de estos dispositivos inteligentes tienen muy poca protección de seguridad. Sus dueños no tienen forma de detectar y corregir las infecciones o invasiones que puedan ocurrir en sus aparatos”.
-Karina Rodríguez, Computerworld México