Ante tan provocador título, la primera pregunta que convendría formularse es “¿qué hace grande a un CIO?”, porque ser un “buen CIO” no es tarea fácil.
El Chief Information Officer (CIO), o Director de Tecnología como lo conocemos en México, es el principal responsable de la administración y del uso eficiente de todos los recursos tecnológicos e informáticos dentro de una organización.
En mi experiencia, un buen CIO es la persona que tiene, procura mantener o perfecciona la mayoría de las siguientes características:
Un buen CIO se preocupa y ocupa por entender el negocio.
Un buen CIO es un buen director y buen líder.
Un buen CIO sabe vender la tecnología y entiende la mercadotecnia de TI.
Un buen CIO es prudente.
Un buen CIO sabe trabajar en equipo de trabajo y tiene un buen equipo de trabajo.
Veamos en qué consiste cada una de estas características.
Un buen CIO se preocupa y ocupa por entender el negocio
La función del CIO es la alineación de la tecnología al negocio y no al revés. Su principal labor consiste en conocer, entender y trabajar diariamente con los objetivos de negocio en mente; en dirigir eficientemente su área hacia el uso estratégico de las tecnologías de información, garantizando que todas las inversiones estén alineadas a los objetivos y modelo de negocio generando y soportando los servicios de TI que el negocio necesita.
En los últimos años, el papel del CIO ha cambiado y, con ello, ha ampliado su misión para contribuir al desempeño del negocio. Ha tenido que transformar su lenguaje técnico a un lenguaje de negocios multidisciplinario, para luego ser el traductor de las necesidades de la organización hacia su personal de TI.
Un buen CIO se preocupa y ocupa por entender el negocio. Genera “aliados” en otros líderes dentro de la organización y colabora con ellos en la constante alineación de la tecnología al negocio. Hace las preguntas correctas a las personas correctas; sabe escuchar y está atento a las nuevas demandas.
En su artículo “¿Qué hace eficaz a un ejecutivo?”, Peter F. Drucker señala que los buenos ejecutivos siguen ocho prácticas, y las tres primeras son:
1) Se preguntan “¿qué hay que hacer?”; 2) Se preguntan “¿qué conviene a la empresa?”; y 3) Desarrollan planes de acción, prácticas todas que, sin duda, corresponden a la tarea de entender y desarrollar las acciones necesarias para lograr la correcta alineación.
Un buen CIO es un buen director y un buen líder
Aquí hago la diferencia entre ser un “buen director” y “un buen líder”, características que no necesariamente vienen juntas.
En efecto, para ser un buen Director de Tecnología, primero es necesario ser un buen director. De acuerdo con el pensamiento de Carlos Llano, las funciones principales del director de empresa se pueden resumir en tres momentos: diagnosticar, decidir y mandar.
La primera función de diagnóstico requiere de la observación, la reflexión y del apoyo en los demás. Para mí, la observación consiste en entender a la organización, conocer el contexto, mantenerse actualizado en las diferentes tecnologías para con así realizar la tarea de sincretismo tecnológico. La reflexión se refiere a la toma de decisiones, tal vez la función que más distingue el trabajo directivo. Se trata del proceso por el cual hacemos elecciones únicas en un acto de la voluntad que todo director esta obligado realizar cada día. Por último, la función de mandar está orientada a la acción. Una vez que se tiene el diagnóstico adecuado es importante la ejecución. Es cuando nosotros, como CIO, debemos delegar y supervisar.
Estas tres funciones del Director de TI serán más eficaces si el Director es al mismo tiempo líder dentro de su organización.
Como sabemos, los CIO estamos llamados a ser líderes del negocio y a contar con las habilidades directivas para influir positivamente dentro de nuestras organizaciones.
Un buen CIO sabe vender la tecnología y entiende la mercadotecnia de TI
Como hemos visto, ser un buen Director de Tecnología, no es una tarea fácil. Pero no sólo es importante serlo, sino que es nuestra obligación hacer el esfuerzo para que nos reconozcan como tal. ¿Acaso nos hemos preguntado cómo nos ve la organización?, ¿El director general y los demás ejecutivos piensan que somos buenos?, ¿cuáles son nuestras fortalezas y áreas de oportunidad?
Debemos entonces hacer notar al resto de la organización cómo nuestra área, nuestros esfuerzos diarios y los proyectos que tenemos a cargo ayudan a incrementar los ingresos, cómo contribuyen al margen de ganancias, disminuyen el gasto u optimizan la fuerza de trabajo. Como ya mencioné, una vez que conocemos los objetivos del negocio, podemos reconocer cómo es que los proyectos que realizamos apoyan tales objetivos.
Es necesario realizar un plan formal de marketing tanto del área de TI como de los proyectos de Tecnología, con alcances y objetivos claros, que incluya el plan de acciones y estrategias, el estado actual de nuestros proyectos, así como dar a conocer los “frutos que ya están al alcance de la mano”.
Cabe señalar que proyectos más sencillos, pero con un impacto positivo para la organización son de gran ayuda no sólo para mejorar la imagen del área de TI sino también para mantener motivado a nuestro equipo.
Un buen CIO es prudente
Ser prudente asegura la misión de ser un buen directivo. Muchos consideran a la prudencia como “la madre de todas las virtudes”. Es el hábito que posibilita a la razón juzgar rectamente y determinar aquello que se debe hacer.
Sin embargo, la prudencia es una de las virtudes peor interpretadas. Probablemente ahora nos parece un freno. Pero contrario a lo que se piensa, la persona prudente no es la persona que no hace nada sino la que indica cómo, cuándo y dónde se debe actuar.
Ser prudente no es sinónimo de ser tibio, sino una invitación a la reflexión; significa dejar de llevarse por las modas o las presiones. La prudencia implica pedir consejo, explorar, hacer preguntas, ser flexible, reinventarse cuantas veces lo requiera nuestra organización.
¿Cómo podemos ser prudentes? Como en todas las demás virtudes, la práctica lleva a la perfección. Pida consejo al hombre que considere prudente. Todos en nuestra organización conocemos y reconocemos al ejecutivo que hace lo que debe, en el momento adecuado.
Un buen CIO sabe trabajar en equipo y tiene un buen equipo de trabajo
Cuando hablo de “trabajo en equipo”, no me refiero sólo al área de TI, ya que el primer equipo de trabajo que atiende un CIO es el grupo de principales ejecutivos de la organización, es decir, sus colegas líderes de negocio que tienen objetivos comunes. Y dado que el CIO –en mi opinión– no debe ser necesariamente un experto tecnólogo, necesita conformar un equipo de expertos que responda al mandato de la organización.
De esta manera, un buen CIO deberá rodearse de un equipo altamente motivado –pues tendrá que ser un gran motivador–, comprometerse con su equipo de trabajo, conocer sus motivaciones, compartir sus valores, comunicar la estrategia y darles herramientas para que ellos también tomen decisiones y pueda fomentar la creatividad con supervisión.
Ser un buen CIO, en fin, no es un trabajo de la noche a la mañana. Ahora que iniciamos un nuevo año, es tiempo de trabajar para perfeccionar estas cinco características que, en mi opinión, son básicas. Mi última recomendación es que no olvide “disfrutar el camino”, que a la postre le convertirá en un gran CIO.
La autora de este artículo, Yessika Lozada Contreras, cuenta con más de 18 años de experiencia en el área de Tecnologías de la Información. Ha sido CIO del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), y es consultora en TI y Administración de Proyectos, profesora del Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo (ICAMI) y Miembro del Consejo Editorial de CIO México. Es Ingeniera en Sistemas Computacionales por la Universidad Tecnológica de Mexico, especialista en sistemas de información y tiene una Maestría en Alta Dirección de Empresa por el IPADE.