En el blog anterior se expusieron algunas preocupaciones de gran valor monetario ─hablamos incluso de millones de dólares─ relacionado con las prácticas de recuperación ante desastres (disaster recovery o DR) que salen mal. En esta ocasión daremos un vistazo a los costos que entran en juego cuando se aplican estrategias de recuperación ante desastres que dependen de que una compañía mantenga sus propios sitios para un centro de datos secundario o se involucre en un contrato de coubicación.
A simple vista, ésta última podría parecer la opción más natural, sobre todo si su equipo de TI cuenta con gran experiencia en el manejo de centros de datos. Ciertamente, las áreas de TI han evolucionado en la última década: muchas dieron sus primeros pasos hacia la virtualización y la computación en nubes públicas o privadas, hasta aprovechar tecnologías de centros de datos definidos por software. Esto les ha permitido crear un conjunto de capacidades y eficiencias nuevas de flexibilidad, automatización, redistribución de recursos bajo demanda y manejo de políticas, para optimizar el uso de la infraestructura TI y proveer servicios empresariales.