No podría pensar que habría mucho de debate sobre algo que es gratis. Cuando Microsoft lanzó Windows 10 y lo hizo disponible como una actualización gratuita -y, posteriormente, estableció un nuevo récord para la adopción por parte de los usuarios de un nuevo sistema operativo de computadora- muchos ejecutivos de TI respiraron hondo. Lo gratuito nunca es gratuito. Hay costos de soporte, cuestiones de gestión, problemas de seguridad y una serie de otras meteduras de pata en la implementación que pueden surgir.
Sin embargo, el nuevo sistema operativo es un gran paso adelante. Microsoft resuelve muchos de los preocupantes problemas de usabilidad que plagaron Windows 8, como la confusa interfaz de “mosaicos” y la dificultad para encontrar la configuración. Muchas características -incluyendo un proceso de actualización más moderno que no interfiera tanto con el trabajo diario- están diseñadas para la empresa. Incluso es más fácil realizar mejoras “in place”.
Para ayudar a poner los toques finales en su estrategia de actualización, CIO.com habló con varios expertos (incluidos los de Microsoft) sobre cómo hacer una implementación lo más tranquila posible. Preguntamos sobre directrices generales, cuestiones de seguridad, facilidad de uso, capacitación y otras consideraciones para los usuarios empresariales. Esto es lo que descubrimos.
Lo que Windows 10 ofrece a la empresa
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que la razón más importante para realizar el upgrade tiene que ver con la forma en que el nuevo sistema operativo está diseñado para ejecutar lo mismo en muchas plataformas, desde computadoras portátiles hasta teléfonos y tabletas. Esa es una consideración importante para realizar el despliegue en el entorno de la oficina moderna.
“La capacidad de ejecutar y gestionar los diferentes factores de forma con el mismo sistema operativo, incrementará la presencia de las tabletas y los teléfonos de Windows dentro de las organizaciones”, señaló Thomas Koll, CEO de Software Laplink, herramienta de migración. “Después de la oleada de tabletas para el ‘uso rápido y fácil’ crecerá la necesidad de dispositivos integrados. Las aplicaciones empresariales se pueden construir una sola vez y luego ser desplegadas (y optimizadas) para todos los dispositivos, aunque no necesariamente es tan fácil”.
Charles King, analista de PUND-IT, afirmó que otro de los beneficios es que Microsoft trabajó en estrecha colaboración con Intel para asegurarse de que el nuevo sistema operativo coincida con las CPU futuras, como la sexta generación de procesadores Intel Core. Eso significa que los usuarios finales experimentarán un aumento de velocidad, ya que Windows 10 está optimizado para ese chipset, una vez que esté disponible.
Uno de los mayores cambios relacionados con la implementación, sin embargo, tiene que ver con las instalaciones in place. Jim Alkove, vicepresidente corporativo de Windows Enterprise y Security de Microsoft, señaló que el nuevo sistema operativo no requiere que el personal de TI realice una ‘instalación limpia’, y que esto se aplica a todos los dispositivos de la organización, no solo a los equipos de escritorio y portátiles empresariales.
“Windows 10 puede ayudar a terminar con los despliegues tipo ‘limpiar y reemplazar’ del pasado gracias a los upgrades in place modernizados y a la gran compatibilidad de las aplicaciones”, sostuvo el ejecutivo. “Hemos mejorado significativamente el despliegue y la gestión de dispositivos en Windows 10. Ofrecemos una plataforma de gestión de dispositivos móviles (MDM, por sus siglas en inglés) unificada en todos los dispositivos con Windows 10, desde los teléfonos hasta las computadoras portátiles y los dispositivos IoT”.
Los problemas de seguridad de Windows 10
Las cuestiones de seguridad siempre vienen a la vanguardia de cualquier nuevo sistema operativo. Los hackers saben que hay vulnerabilidades para explotar después del lanzamiento inicial, por lo que cualquier buen despliegue tiene que incluir el monitoreo y el análisis para ver si hay nuevos ataques. Curiosamente, con el despliegue de este sistema operativo, algunos de los problemas de seguridad están relacionados con las propias políticas y cronogramas de actualización de Microsoft.
Frank Palermo, vicepresidente senior del Grupo de Soluciones Técnicas de la empresa de consultoría de TI Virtusa, señaló que la redacción de la política sugiere que la intención es proteger los datos personales cuando tiene sentido hacerlo. (Leyendo entre líneas, significa que Microsoft todavía tiene que entregar los datos si es que hay una petición federal relacionada con un crimen). Palermo señala que hay otras preocupaciones acerca de cómo Microsoft planea usar los datos de los usuarios finales para la publicidad.
“Cosas como el historial del navegador, favoritos e incluso las contraseñas están sincronizadas automáticamente con los servidores de Microsoft”, afirmó. “También hay preocupaciones en torno a los anuncios personalizados. Esto se debe a que cada dispositivo con Windows 10 está marcado con un identificador de publicidad única para que las redes de anuncios puedan perfilar al usuario”.
King anotó que Microsoft ve ahora a Windows como un servicio, similar a una aplicación de nube en la empresa. Eso significa que más actualizaciones en segundo plano tendrán problemas con las características y la seguridad, muchas de las cuales podrían no ser tan obvias para los usuarios finales. Eso es bueno, añadió, en términos de protección de datos y de minimizar los exploits, pero podría convertirse en un problema para los primeros usuarios que tienen que lidiar con múltiples actualizaciones en las primeras semanas y meses. También podría haber cambios en la interfaz, lo que podría afectar la capacitación y la usabilidad en los próximos meses y en el 2016.
Microsoft ha hecho que Windows 10 sea mucho más fácil de usar que Windows 8. La configuración ahora se encuentra disponible a través del menú de Inicio (incluso puede hacer clic derecho para acceder a ella más rápidamente). El sistema operativo puede cambiar automáticamente entre el modo tableta y el modo escritorio en función del dispositivo que utilice. Por ejemplo, si utiliza una computadora portátil HP Elite x2, puede quitar la pantalla y utilizarla como una tableta; el sistema operativo cambia automáticamente al modo tableta con mosaicos y aplicaciones a pantalla completa.
Todos los analistas coincidieron en que este es un gran paso adelante y debería facilitar los despliegues. Los usuarios finales no estarán tan confundidos y no necesitarán tanta capacitación. Koll señaló que muchas grandes empresas ni siquiera han desplegado Windows 8, y como Windows 10 trae de vuelta el menú Inicio, se puede omitir toda la debacle que implica capacitar para la interfaz de mosaicos.
Dicho esto, Palermo añadió que los líderes de TI todavía deben abordar directamente la usabilidad.
“Los líderes de negocios que deciden hacer el upgrade de los sistemas de sus empresas deben programar una sesión de capacitación con los empleados para repasar las diferencias entre Windows 10 y su sistema operativo anterior”, señaló. “Esto no solo creará una transición más fluida sino que también ayudará a las empresas a maximizar los beneficios de Windows 10 para mejorar el desempeño en toda la organización”.
Otras consideraciones específicas del upgrade
Aparte de los beneficios a tener en cuenta durante la puesta en marcha, los problemas de seguridad y las oportunidades de capacitación, hay algunos otros factores importantes. Chris Miller, CIO del proveedor de servicios gestionados y socio de Microsoft Avanade, afirmó que se debe observar de cerca la migración de las aplicaciones de negocios. Él sugiere elegir algunas aplicaciones de negocios importantes que serán las más fáciles de migrar a la nueva plataforma y crear una estrategia de despliegue en torno a ellas.
“A pesar de los importantes esfuerzos de Microsoft para fomentar la compatibilidad, esperamos que algunas aplicaciones y dispositivos puedan tener problemas con Windows 10”, indicó.
King afirmó que las empresas deben hacer un inventario de todos los equipos y dispositivos móviles existentes. Este es un paso importante, enfatizó, para saber la forma en que el sistema operativo impactará en las operaciones comerciales. Algunos equipos más antiguos pueden todavía estar ejecutando Windows Vista o Windows 7 y puede que no soporten Windows 10. En otros casos, los usuarios podrían necesitar capacitación adicional para la nueva interfaz.
– John Brandon, CIO (EE.UU.)