La transformación digital acelerada y los abruptos cambios de dinámicas y costumbres que han tenido lugar desde la pandemia de COVID-19 en el año 2020 han provocado que los departamentos de Recursos Humanos enfrenten desafíos y oportunidades sin precedentes. Según el Foro Económico Mundial, para el año 2025 aproximadamente el 50% de los empleados necesitará reentrenarse debido al avance tecnológico. La Inteligencia Artificial (IA), las habilidades digitales y las competencias blandas se consolidan como elementos clave en la selección de personal, mientras que el mercado laboral demanda una evolución en los perfiles de los candidatos.
La perspectiva de Jorge Rosas, speaker internacional, CEO de WeWow y autor del libro “Energizers”, es reveladora sobre la dirección que deben tomar las empresas para enfrentar estos cambios. Rosas subraya que el reto más grande de la gestión de personas en el contexto actual es crear culturas organizacionales que promuevan la adaptabilidad, el aprendizaje continuo y el liderazgo empático. En sus palabras, “la cultura organizacional ya no es un lujo, es una necesidad estratégica”.
IA y automatización en la selección de personal
La inteligencia artificial ha transformado significativamente el proceso de selección de personal. En lugar de depender exclusivamente de la revisión manual de currículums, las empresas ahora pueden utilizar algoritmos avanzados para filtrar candidatos con rapidez y precisión. Esto permite reducir el tiempo de contratación hasta en un 50%, ya que la IA no sólo evalúa habilidades técnicas, sino que también puede identificar competencias y comportamientos para lograr un “match” más preciso entre candidatos y empresas.
Sin embargo, aunque la IA ha facilitado los procesos de selección, también plantea riesgos importantes. Jorge Rosas advierte sobre los desafíos de la automatización: “El uso de algoritmos puede llevar a la discriminación si no se maneja adecuadamente. El reto está en desarrollar tecnología que respete la equidad y diversidad en el ambiente laboral”. En este sentido, se vuelve fundamental que las organizaciones adopten mecanismos de control y revisión constantes para asegurar que los sesgos no se repliquen en sus procesos de selección.
La IA ofrece ventajas notables al eliminar sesgos humanos inconscientes en la selección de personal. Las empresas ahora pueden utilizar modelos de análisis predictivo que anticipan las necesidades futuras, permitiendo tomar decisiones informadas sobre el tipo de talento que necesitarán en adelante. Esto es particularmente valioso en un mercado laboral donde el 74% de las empresas en México reportan dificultades para cubrir vacantes debido a la falta de competencias adecuadas.
No obstante, los riesgos inherentes a la IA también son de consideración. Los algoritmos pueden amplificar prejuicios existentes, y si no se programan de manera ética, pueden excluir a candidatos en función de factores no relacionados con sus capacidades laborales, como el género, la raza o el nivel socioeconómico. La adopción de la IA en Recursos Humanos, por lo tanto, debe ir acompañada de una sólida política de ética que asegure transparencia y justicia en los procesos.
Recalificación y aprendizaje continuo: competencias del futuro
El mercado laboral se enfrenta a una crisis de habilidades. Aunque existe una oferta considerable de personas en búsqueda de empleo, las empresas encuentran dificultades para cubrir sus vacantes debido a la falta de competencias específicas entre los candidatos. Según Manpower, el 65% de las organizaciones en Latinoamérica enfrentan problemas de escasez de talento, lo que refleja una desconexión entre las habilidades actuales de la fuerza laboral y las demandas del mercado.
Para adaptarse, las empresas necesitan invertir en la recalificación de sus empleados actuales. Las habilidades tecnológicas, como la inteligencia artificial, ciberseguridad y desarrollo de software, se están convirtiendo en competencias básicas. Conforme la automatización y la IA asuman cada vez más tareas repetitivas, la demanda de trabajadores capaces de gestionar y complementar estas tecnologías aumentará. El Foro Económico Mundial estima que surgirán 97 millones de nuevos empleos que se adaptarán mejor a la colaboración entre humanos, máquinas y algoritmos.
Jorge Rosas señala que el aprendizaje continuo es la clave para que los empleados se mantengan competitivos. En su libro “Energizers” enfatiza que “las organizaciones deben convertirse en plataformas de crecimiento para sus colaboradores”. Este enfoque beneficia a los empleados y ayuda a las empresas a mantenerse ágiles en un mercado que cambia rápidamente. La implementación de programas de aprendizaje dentro de las empresas y el acceso a capacitaciones constantes son ahora indispensables para atraer y retener talento.
Cultura organizacional y habilidades blandas: el enfoque humano en el trabajo
Las competencias técnicas son esenciales en la nueva era, pero no sustituyen las habilidades blandas, que son igualmente importantes. La inteligencia emocional, el pensamiento crítico y la capacidad de liderar equipos son habilidades que las empresas están priorizando, ya que permiten a los empleados adaptarse a entornos cambiantes y trabajar efectivamente en equipo.
Las habilidades blandas son tan importantes como las técnicas. Esta demanda creciente por habilidades interpersonales ha generado que el liderazgo y la inteligencia emocional se destaquen como competencias indispensables en los procesos de selección de personal. La habilidad de comunicar ideas, escuchar y adaptarse a los demás se vuelve aún más valiosa en el contexto de una fuerza laboral híbrida y dispersa.
Jorge Rosas sostiene que “el liderazgo no se basa en la jerarquía, sino en la capacidad de inspirar y empoderar a los demás”. En “Energizers”, Rosas subraya la importancia de que los líderes actúen como catalizadores de energía positiva dentro de las organizaciones, fomentando un entorno en el que los colaboradores se sientan valorados y motivados. Este tipo de liderazgo es esencial para mantener una cultura organizacional sólida y atractiva para los nuevos talentos.
La selección de personal y los recursos humanos están en la cúspide de un cambio estructural que plantea tanto oportunidades como desafíos. El uso de la inteligencia artificial y la automatización promete agilizar procesos y mejorar la precisión en la contratación, pero también exige una reflexión ética para evitar la discriminación. A su vez, la brecha de habilidades demanda que las empresas inviertan en programas de recalificación y aprendizaje continuo.
Para enfrentar estos desafíos, el liderazgo y una cultura organizacional inclusiva son esenciales. En palabras de Jorge Rosas, “las empresas que entienden la importancia de la cultura organizacional y el desarrollo de competencias serán las que lideren en el futuro del trabajo”. La combinación de tecnología avanzada, aprendizaje constante y un enfoque humano permitirá a las organizaciones adaptarse y prosperar en un entorno laboral en constante evolución.
Este enfoque holístico, que integra tanto la tecnología como el aspecto humano, define el futuro de los recursos humanos y marca el camino hacia una gestión de personas que responda a las demandas de un mercado laboral cada vez más complejo.