El internet es adictivo. Pero lo es más para los niños que no tienen manera de discriminar esa adicción al ver páginas y páginas de contenido basura. Como no tienen otro punto de referencia con qué comparar lo que consultan en internet, todo parece ser verdad y forma parte de su realidad.
Tanto padres como maestros están preocupados por el daño que causa el internet en la mente de los niños, porque es una puerta a juegos, información, interacciones peligrosas, etc. Le comparto dos casos interesantes que comienzan a atacar este problema.
El primero proviene de China, donde se publicó una ley para limitar el tiempo de pantalla de los niños basado en la edad, buscando filtrar el contenido a menores de 18 años en cualquier dispositivo. La legislación sería aplicable a todas las empresas chinas obligándolas que tengan un “modo infantil” que sólo permita el uso de 40 minutos diarios para menores de ocho años y consultar sólo contenidos educativos, hobbies y de arte.
Después de los ocho años tendrían derecho a 60 minutos diarios de tiempo de pantalla con mayor contenido. Esta ley se complementa con la aprobada en 2023 que instituyó la regla de tres horas a la semana máximo para jugar videojuegos en ese país.
El segundo caso se refiere al estado de Nueva York en Estados Unidos, que acaba de aprobar una legislación que restringe el uso de algoritmos de las redes sociales donde se recomiende contenido a menores de 18 años.
La llamada Ley SAFE para Detener la Explotación de Contenidos Adictivos para Niños busca ir a la raíz del problema: contener los algoritmos que alimentan redes sociales. Esta ley estatal puede obligar a las empresas y castigarlas, si fuera necesario, para cumplir la restricción. Se complementa con otra ley a nivel federal que protege los datos de los menores, impidiendo a las empresas recoger sus datos personales y compartirlos con terceros.
La ley SAFE obliga a las plataformas que muestren contenido en orden cronológico de manera predeterminada para los usuarios jóvenes y que los feeds algorítmicos sean opcionales con el consentimiento parental, es decir la automatización sin restricción.
Esta ley también obliga a las plataformas para que permitan a los padres poner controles estrictos al uso de redes sociales durante las noches y poner límites a las notificaciones, que son las que mantienen enganchados a los menores.
Esta ley ha tenido el rechazo de los desarrolladores, quienes argumentan que es violatoria a los derechos humanos, en especial al de la libertad de expresión. Sin embargo, el apoyo unánime de ambos partidos políticos la ha hecho posible.
Ambos casos demuestran la urgencia de una regulación para detener el acceso de internet en la mente de los niños por lo perjudicial que está siendo para su formación.
Debido a que se trata del futuro de las sociedades, no debe tomarse a la ligera, pues, como ha escrito el investigador Yuval Noah Harari, “éste será un mundo de humanos y super humanos”. Los primeros serán controlados por las tecnologías de información; los segundos serán quienes programen dichas tecnologías. ¿A cuál quiere que pertenezcan sus hijos?
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.