Un informe de Naciones Unidas advierte del avance de la ciberdelincuencia, con los robos de identidad y la pornografía infantil como principales amenazas.
“La Globalización del Delito: una evaluación de la amenaza del delito organizado transfronterizo” recoge, en uno de sus apartados, los delitos informáticos a juicio de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). La organización entiende por ciberdelito una amplia gama de actividades ilícitas; entre ellas, el robo de identidad, la pornografía infantil y las amenazas contra la seguridad de las naciones. “Redes de electricidad, tráfico aéreo y plantas nucleares ya fueron penetradas por delincuentes”, apunta la UNODC en su texto.
Respecto al robo de identidad electrónica, es la forma más común de fraude por Internet y generalmente se realiza mediante el robo y uso de la información de tarjetas de crédito. Según el informe, Estados Unidos es el país que más difunde información de tarjetas de crédito; un negocio que genera en el mundo cerca de mil millones de dólares al año y 1,5 millones de víctimas. La ONU advierte también de las consecuencias negativas de esta actividad, como “efectos depresivos en la economía, elevar los costos del crédito y reducir la confianza en el comercio electrónico”.
Otro de los ciberdelitos más preocupante es el avance de la pornografía, especialmente, infantil, cuyos beneficios cifra en unos 250 millones de dólares, con unas 50,000 imágenes nuevas al año.
El informe incide en las dimensiones internacionales de la delincuencia, sea del tipo que sea, y en las insuficientes respuestas nacionales. Así, la UNODC sugiere una respuesta global en base a la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional (Convención de Palermo) aprobada en 2000. “La delincuencia se ha internacionalizado con mayor celeridad que la aplicación de la ley y la gobernabilidad mundial”, apuntó Antonio Maria Costa, director ejecutivo de UNODC, durante la presentación del informe. “Los gobiernos que quieren hacer frente con determinación a la globalización de la delincuencia deberían alentar a las naciones que van a la zaga en lo que a la aplicación de la Convención respecta”, concluyó.