El aumento de crímenes y la mejora de la precisión de este tipo de herramientas han generado que muchas ciudades vuelvan a implementar este tipo de vigilancia.
Son muchas las ciudades de Estados Unidos, con California a la cabeza, las que en los últimos años han prohibido el uso de software de reconocimiento facial en sus calles empujadas por los grupos de activistas y para tratar de frenar los sesgos y los prejuicios raciales hasta que hubiera una ley común.
De hecho, varios gigantes tecnológicos como IBM, Amazon o Microsoft también habían pausado el desarrollo y comercialización de este tipo de soluciones hasta la llegada del escrito. Pero, el incremento de los ratios de crimen, tal y como publica Reuters, ha generado que varias de estas urbes se replanteen su postura. Vermont fue la primera el año pasado, y, a partir de julio, Virginia volverá a utilizar este tipo de herramientas. Además, se espera que la propia California y Nueva Orleans se sumen a la lista en los próximos días.
Desde 2019, unos 12 gobiernos estatales o locales del país han aprobado leyes que restringen el reconocimiento facial. Sus estudios preliminares concluían que esta tecnología era menos efectiva para identificar a las personas negras y que, efectivamente, incluían sesgos.
Sin embargo, las investigación que ha realizado el Instituto Nacional de Estándares y Tecnologías (NIST, de sus siglas en inglés) señala un progreso significativo en la precisión de estos softwares. En cualquier caso, aseguró Jake Parker, director senior de relaciones gubernamentales del lobby Scurity Industry Association, a la agencia de noticias, “hay un interés creciente en abordar las preocupaciones sobre la tecnología y, al mismo tiempo, en garantizar que se use de una manera limitada, precisa y no discriminatoria”.
Este cambio de rumbo podría impulsar a empresas del país como Clearview AI, Idemia o Motorola Solutiones, que tratarán de atraer buena parte de los 124.000 millones de dólares que las administraciones públicas locales destinan a la vigilancia.
Europa quiere ser pionera en legislación
Mientras en el país norteamericano se debate este tipo de cuestiones, Europa se prepara para ser la primera potencia mundial en tener su propia ley de inteligencia artificial (IA), que tendrá como objetivo basarse en “estándares democráticos” y marcar “la pauta de las normas globales”. En este sentido, el continente quiere que la IA gire alrededor del ser humano y que cuente con su supervisión en los casos de riesgo y en sectores especialmente sensibles como los de salud, educación o la propia seguridad.