Científicos chinos están considerando cómo construir y poner en órbita una masiva estación espacial que suministraría una corriente constante de energía solar a la tierra. El proyecto, que está todavía en fase conceptual, involucraría un satélite que pesa más de 4,5 toneladas, dejando pequeña cualquier cosa puesta anteriormente en órbita, incluyendo la Estación Espacial Internacional, según la web china de noticias Xinhuanet, parte de la agencia oficial de noticias china Xinhua.
Aunque la energía solar desde el espacio no es una idea nueva, algunos científicos chinos creen que podría lanzarse un acumulador en 2020, aunque otros sitúan más tarde el lanzamiento, tan lejos como 2050.
“China construirá una estación espacial hacia 2020, que abrirá la oportunidad de desarrollar la tecnología de la energía solar espacial”, afirmó Li Ming, vicepresidente de la Academia China de Tecnología Espacial, según cita la agencia de noticias Xinhuan.
Miembros tanto de la Academia China de Ciencias como de la Academia China de Ingeniería escribieron un informe hace cinco años que sugería que China debería empezar una estación espacial de energía solar hacia 2030, y construir una estación comercialmente viable para 2050.
Wang Xiji, miembro de la Academia China de Ciencias y de la Academia Internacional de Astronáutica, comentó que la construcción de una estación solar espacial es factible, aunque sería una tarea monumental y sin precedentes.
Xiji afirmó que una estación solar espacial en órbita geosíncrona podría salvar los problemas de producción intermitente de energía en la tierra, que debe luchar con las interrupciones nocturnas y meteorológicas.
Duan Baoyan, miembro de la Academia China de Ingeniería, sostuvo que los paneles solares situados en el espacio podrían generar 10 veces más electricidad que lo paneles situados en tierra.
Hay tremendos obstáculos no sólo para construir y lanzar una estación solar espacial, pero también para enviar que la energía que generase a la tierra.
“Una estación social espacial económicamente viable sería realmente grande, con una superficie total de paneles solares que llegaría a los cinco o seis kilómetros cuadrados”, afirmó Xiji. Seis kilómetros cuadrados es casi el doble de tamaño que el Parque Central de Nueva York.
Si se pudiera situar en órbita el masivo acumulador solar, los científicos chinos creen que la energía producida podría ser enviada a la tierra por láser o microondas, pero requeriría al menos una tasa de eficiencia del 50% para ser económicamente viable.
Por descabellada que pueda parecer al principio la masiva estación solar espacial, tanto los Estados Unidos como Japón han estado trabajando en sistemas que pudieran enviar la energía producida a la tierra.
La Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA) propuso su propio acumulador solar, que podría lanzarse en los próximos 25 años. El mes pasado esta agencia japonesa hizo una demostración de la transmisión por microondas de energía solar en el espacio, enviando 1,8 kilowatios de electricidad 55 metros a un receptor objetivo.
Desde los años 70 y 80, el Departamento de Energía de los Estados Unidos y la NASA han investigado también conjuntamente el concepto de energía solar situada en el espacio. En 1999 la NASA creó el programa SERT (Space Solar Power Exploratory Research and Technology), para estudiar la factibilidad, diseño y requerimientos de la energía solar situada en el espacio.
“Cuando la energía solar espacial sea nuestra principal fuente de energía, nos podremos olvidar de la contaminación y del efecto invernadero”, afirmó Xiji.