Impulsada por la transformación digital y la integración de las nuevas tecnologías, la figura de la persona al frente del departamento de sistemas e infraestructuras informáticas se está erigiendo como uno de los roles esenciales en el organigrama empresarial.
Estos mismos procesos están afectando al desempeño profesional de este cargo, que ve evolucionar sus funciones: ya no se trata de mantener la estabilidad a todo coste, sino de saber trabajar en entornos de incertidumbre constante.
Así lo apuntan desde la consultora Gartner, al considerar que es responsabilidad del o la CIO “liderar en todas las direcciones para abordar las cambiantes demandas de TI y negocios”, en una redefinición de sus funciones que las va volviendo más transversales a toda la organización en tanto los proyectos digitales van ganando peso en la misma.
La firma de análisis considera que el liderazgo personal como CIO debe caracterizarse por cuatro dimensiones, a modo de brújula.
Así, Gartner llama a presionar hacia arriba a través de cualquier resistencia por parte del liderazgo, ganando peso como aliados de confianza y no meros asociados. Para esto, hay que trabajar la relación con el resto de cargos y fomentar el conocimiento de las iniciativas digitales, para eliminar las resistencias y conseguir su promoción. Es esencial conocer qué necesita cambiarse y qué lo está dificultando, de tal modo que se pueda alcanzar el desarrollo pleno de la TI al servicio del negocio.
Esto implica, además, un trabajo hacia abajo en la pirámide laboral. La persona al frente del departamento de sistemas debe preocuparse de desarrollar las habilidades del personal actual, más allá de la inclusión de profesionales especializados. Se trata de fomentar ese cambio cultural que tan frecuentemente se posiciona como clave en el éxito de iniciativas de digitalización, haciendo del aprendizaje un indicador de rendimiento.
En la transición a un negocio digital, las organizaciones deben buscar la asociación con entidades pares y no tradicionales, un proceso que el o la CIO deben liderar.
Se trata de aliarse con agentes innovadores, que apliquen sus conocimientos y herramientas en la empresa. De este modo, se quiere ayudar a generar valor para tomar una posición ventajosa en el mercado de una forma más ágil y abrirse a la disrupción y nuevas tendencias.
Esto va de la mano de la adaptación del enfoque de la persona que lidera la transformación digital para acercársela al personal implicado en cada situación en concreto. Se trata, explican desde Gartner, de liderar “para desarrollar aún más sus capacidades de liderazgo” y mantener un carácter comercial y de negocio. Se debe vincular la comunicación a los resultados de negocios y emplear el lenguaje junto con otros recursos necesarios para implicar a los distintos equipos.