La presente pandemia nos recuerda que el cambio está en curso, que los planes se pueden desmoronar y que no siempre se cumplen las expectativas. ¿Cómo puede ayudarnos la resiliencia?
Center for Creative Leadership (CCL), una ONG dedicada a fortalecer el liderazgo alrededor del mundo, compartió las siguientes lecciones de resiliencia para estos tiempos de crisis:
Mantener el equilibrio bajo presión es una de las habilidades más importantes que los líderes de todos los niveles deben dominar. Enfocarse exclusivamente en cómo enfrentar el reto es lo que se espera de un líder resiliente.
Todos podemos beneficiarnos de ser más resistentes, lo que nos hace más capaces de enfrentar la crisis, recuperarnos y adaptarnos.
Esta ONG promueve tres mejores prácticas para desarrollar una resiliencia a prueba de cualquier reto:
- Gestión personal de la energía. Gestione su propia resistencia. “Entregue el 100%”, dé lo mejor de si mismo y renuncie al apego al resultado; mientras entregue su mejor versión en cada reto, habrá hecho lo correcto. Quédese en el presente y evite especulaciones.
- Modifique su perspectiva. Cuestione su punto de vista sobre cómo piensa ante la adversidad. Analice sus creencias acerca de la situación y elija su mejor reacción. Fortalezca la compasión por si mismo y por los demás.
- Sentido de propósito. Desarrolle un “por qué personal” que le dé sentido a su vida. Esto le ayudará a enfrentar mejor los desafíos. Es recomendable buscar alternativas para lograr que la crisis y la adversidad conecten con su propósito de vida esencial.
Otro punto crucial para salir fortalecido de un reto como el que enfrentamos el mundo entero en estos momentos es cuidarnos mejor.
“Nuestra capacidad para hacer frente al estrés, la enfermedad y el cambio mejora cuando cuidamos mejor de nosotros mismos”, señala CCL.
Esta organización expuso algunas ideas que comparte con los participantes a sus seminarios de liderazgo para ayudarles a desarrollar la resiliencia:
- Duerma lo suficiente. Idealmente 8 horas de sueño cada noche. De preferencia con un horario de sueño regular, incluso los fines de semana. Desconecte y deje los dispositivos móviles lejos de la cama. Cree un ambiente relajante oscuro, fresco y tranquilo.
- Dele prioridad al ejercicio. Durante la jornada laboral, levántese y póngase en movimiento cada 90 a 120 minutos. Si le es posible, realice las reuniones caminando o de pie. Suba escaleras en lugar de tomar el ascensor, encuentre la forma de insertar en su rutina al menos 4 sesiones de 40 minutos a la semana de cardio.
- Practique juegos cerebrales. Aprenda cualquier cosa nueva. Resuelva un rompecabezas desafiante. Encuentre distracciones positivas que reten su intelecto, practique la meditación.
- Identifique sus emociones. Averigüe quién y qué dispara sus reacciones. Aléjese, baje el ritmo, consiga un aliado para ayudarle a prevenirlas y a elegir su respuesta ideal. Escriba un diario de gratitud. Cultive la solidaridad haciendo algo bueno por otra persona.
- Mejore las conexiones sociales. Pida consejo a un colega, regale comentarios positivos, comparta algo que hayas aprendido recientemente; asegúrese en cada situación de ser percibido como alguien que aporta y no como alguien que succiona energía.